El uso del idioma

MARTÍN G. BARBADILLO
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HEMEROTECA | "La creencia generalizada (entre los propios burgaleses) es que nuestro acento es neutro, como si tal cosa existiera. Se refiere a que sonamos como el tipo del telediario; pero no es cierto, y se comprueba muy fácilmente (...)"

El uso del idioma

¿Qué es? La manera de usar la lengua de los habitantes de un lugar concreto: sus giros específicos, el dominio grupal de sus reglas y la musicalidad con la que flotan las palabras, es decir, el acento.

Edad. En Burgos se habla castellano, o español, como se prefiera. El primer texto que se conoce con palabras en castellano son los Cartularios de Valpuesta, conservados en la iglesia de Santa María de Valpuesta de esta provincia. Los más antiguos son del siglo IX.

Más de mil años. Sí, un largo camino que llevó al español más allá del océano y lo convirtió en la lengua materna de casi 500 millones de personas. Y salió de aquí; eso produce orgullo y un cierto sentimiento de propiedad.

¿Como si la lengua fuese tuya? Eso es. Algo así como si el castellano hubiese sido, en su origen, latín con acento de Burgos. Y como si en cierto modo siguiera siéndolo. Habrás oído de esta ciudad, y de algunas otras de los alrededores, que aquí se habla el mejor castellano.

¿Y es cierto? Es una pregunta que no tiene mucho sentido. La lengua sirve para entenderse. Aquí nos entendemos, pero también lo hacen en Jaén o en Guayaquil. Otra cosa es si cumplen las normas dictadas por, por ejemplo, la Real Academia Española.

¿Y aquí se siguen? En general, sí. Somos muy de cumplir las normas, pero hay algunas reglas que no nos entran en la cabeza por mucho que nos las expliquen y nos delatan en cuanto cruzamos más allá de, por ejemplo, Melgar de Fernamental.

Dime una. El Top 1 es, sin duda, el laísmo y leísmo que padecemos sin darnos cuenta ni remedio. Ya sabes, el uso de los pronombres como objeto directo o indirecto. Aquí escucharás "dila que venga", cuando la forma correcta es "dile (a ella) que venga", o "cómetele" donde de Soria a la Patagonia dirían "cómetelo".

Pero es sencillo, si quieres te lo explico. No te molestes, yo si me concentro y esfuerzo mucho puedo conseguirlo, pero luego se me pasa. Estos ismos afectan a una mayoría apabullante de la población, independientemente de la clase social o el nivel educativo. Y, como siempre, hay más.

Por ejemplo. Menos extendido, pero muy frecuente (Top 2) es la confusión entre el condicional y el imperfecto de subjuntivo. Aquí se tira por el medio y se usa solo el primero: "Si tendría hambre me comería un brócoli", en lugar de "Si tuviera hambre me comería un brócoli". Otros no comerían brócoli en ningún caso. Ambos top recuerdan mucho a nuestros vecinos vascos. Otras cosas también nos unen con ellos.

¿Cuáles? El acento. La creencia generalizada (entre los propios burgaleses) es que nuestro acento es neutro, como si tal cosa existiera. Se refiere a que sonamos como el tipo del telediario; pero no es cierto, y se comprueba muy fácilmente; solo hay que preguntar. Y yo lo he hecho a mi hermano, que vive fuera, y asegura que, en multitud de ocasiones (cuanto más al sur más veces) le han preguntado de qué parte del País Vasco era. Igualmente recordaba que una vez, después de meses sin volver, le chocó mucho al bajarse en la estación de autobuses de Burgos el fuerte y seco deje de un grupo de adolescentes masculinos, acento en estado puro. Si a otros les sonamos con acento vasco solo se explica porque los vascos nos han copiado.

¿Te ha dicho algo más tu fuente? Sí, y muy curioso. Es solo una opinión particular, pero afirma que le llama la atención la profusión de, digamos, juramentos, en las conversaciones locales. Cuando regresa, con la perspectiva que da la distancia, le asombra su uso y abuso menos frecuente en otras latitudes.

¿Y algo de lo que estar orgulloso? Todo lo anterior no es para avergonzarse, es una simple circunstancia. Pero ya que preguntas, existen palabras endémicas, que se emplean y entienden solo aquí. Hay muchas que llegaron de los pueblos con la emigración masiva de mediados del siglo pasado, y hemos escuchado en casa a padres y abuelos. A mí me encanta "escullar", que es cuando, por ejemplo, cae el agua de la ropa tendida. Giros como estos desaparecerán cuando lo hagan sus hablantes.

No la conocía. Y hay otras que, si bien se usan y entienden en otros lugares, aquí son omnipresentes y nos hacen reconocibles porque caen cada dos frases. Estoy hablando, sobre todo, de "majo", palabra polisémica, que denota cariño, cercanía, aprecio... No está mal como muletilla. ¿Entiendes, majo?

Más o menos.

Si quiero parecer integrado... Refuta, si surge la conversación, las teorías sobre el origen del castellano en La Rioja, Cantabria o Armenia.

Nunca, nunca, nunca... Intentes curar el laísmo, leísmo... a nadie de aquí. Ya has visto que es una pérdida de tiempo.