Pasión detrás de los focos

ALMUDENA SANZ
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Los burgaleses Ana Medina y Marcos Ayuken cuentan su historia en el ámbito de la comunicación, la representación y la producción en la escena musical nacional. Iban a compartirla en el Uburama, cancelado por la pandemia del coronavirus

Pasión detrás de los focos

LA FAN QUE SE CONVIRTIÓ EN UNO DE LOS SUYOS

Sin darse cuenta, paso a paso, Ana Medina (Burgos, 1985) se ha visto llenando la nevera dedicándose a la que fue su gran afición. De adolescente se dejaba el pellejo fotocopiando y pegando carteles en bares, organizando entrevistas y llamando a la radio para que las giras de sus grupos favoritos volvieran a recalar en Burgos, amén de ser presidenta del Club de Fans de El canto del loco en Castilla y León. Ahora, eso a lo que se entregaba por amor al arte es su trabajo. Lleva la comunicación de grupos de música como Guitarricadelafuente, Amaro Ferreiro, Anaut o Veintiuno. 

De concierto en concierto, persiguiendo a Dani Martín y los suyos, pronto se percató de que le gustaba mucho todo lo que se movía detrás de la música. Le llamaba la atención toda la gente que trabajaba al otro lado del escenario. «Quería dedicarme a ello. No sabía muy bien cómo se llegaba ahí porque no había ninguna carrera ni nada, sobre todo antes, pero, poco a poco, fui buscando el camino». Estudió Publicidad y Relaciones Públicas en Segovia, seguía preguntando a todo el mundo en los bolos a los que iba y cuando terminó la carrera mandó su currículum a todas las agencias que se le ocurrieron: de comunicación, representación, producción... 

El que la sigue la consigue. Se trasladó a Madrid y empezó a trabajar en Herzio, una start-up dedicada a hacer aplicaciones en las que se daban a conocer las bandas. «Conocí a muchos grupos e hice una base de contactos de músicos, mánager, oficinas...». De allí pasó a Prisa, donde aprendió el funcionamiento de las radios musicales, y a Telefónica, que le permitió aumentar sus contactos con discográficas. 

Después de pasar por estas grandes empresas, quiso salir a la carretera, conocer cómo se construye una gira, y durante tres años lo hizo junto a Pinkhouse, que lleva a grupos como Supersubmarina y ahora a Zahara. 

Tras cargar su mochila de experiencia y sin perder nada de ilusión, dijo bye bye a todo y se instaló por su cuenta. Ahora su trabajo se asienta en dos puntales, lleva la comunicación de bandas como Guitarricadelafuente o Veintiuno, y diseña la estrategia de redes sociales para otros, como Álex Ubago o Sidecars, y festivales, entre ellos, el Sonorama Ribera y el FIV de Vilalba (Lugo). 

Aunque la conversación es telefónica, la voz delata a una risueña Ana Medina en medio de un mundo de color de rosa. ¿Hay algún pero? «Cuando trabajas con artistas no tienes horarios, las entrevistas pueden ser en cualquier medio», contesta y, por si no ha quedado claro, remacha: «Me encanta mi trabajo, no me puedo quejar para nada». 

Reconoce que la industria musical ha cambiado y que ha obligado a reinventarse a todos los que se mueven dentro de ella, pero se mantiene igual de apasionante. 

«Cuando empecé era sota, caballo y rey. Había una fecha de lanzamiento del disco, empezabas a trabajar en ello dos meses antes y luego para la gira, pero ahora el prelanzamiento se puede alargar todo un año porque se sacan muchos adelantos de canciones antes de la publicación. Ahora la vida de un álbum es antes, en cuanto sale, la curva baja, la gente pierde interés. El público está todo el rato demandando cosas nuevas», explica Medina, que por Burgos se deja caer para ver a sus amigos, a conciertos de los artistas a los que representa y cuando tiene antojo de las bravas del Mesón Burgos. En Madrid aún no ha encontrado otras igual. 

 

CARRETERA Y CORAZÓN A TODO VOLUMEN

Marcos García perdió su apellido hace tiempo. Todo el mundo le conoce como Marcos Ayuken (Burgos, 1982). El proyecto se ha hecho más grande que el joven que empezó a hacer sus pinitos en la música mientras estudiaba Imagen y Sonido en Salamanca. En la ciudad del Tormes fundó su sello de discos, ya con el nombre de guerra que le persigue hasta hoy. Ayuken Records nació en 2005. «Este año celebramos los 15, será un aniversario un poco fúnebre», dice, desolado frente al panorama que ha dibujado el coronavirus, antes de volver al inicio de su historia. 

«Era una época en la que muchísima gente tenía bandas, hacía música, pero no sabía cómo editar ni cómo distribuir discos. Empecé de una manera súper artesanal fabricándoselos a amigos, pero, poquito a poquito, me di cuenta de que esos medios que yo tenía cada vez estaban más al alcance de todo el mundo y en lo que sí había un vacío importante era en la organización de conciertos», recuerda el emprendedor burgalés, que ya entonces presumía de lo que luego se convertiría en marca de la casa: carretera y corazón. 

Empezó a montar bolos para grupos pequeños en Salamanca y Madrid. Ayuken se había convertido en una oficina de management. Sin descuidarla, se trasladó a Valladolid para trabajar en Radio Televisión Castilla y León. «Hacíamos el programa Hoy, en escena música, que se emitía los sábados por la mañana y era el único musical que había en la tele», señala con un punto de nostalgia. 

Ese empleo provocó una serie de contactos que le llevaron dos años después a Vinilo, una oficina de Valladolid detrás de grandes eventos como Valladolid Latino, Salamanca es Música, Músicos en la Naturaleza o las giras de Placebo y Depeche Mode. Su vida iba a un ritmo frenético y sentía que crecía como profesional. Todo sin abandonar nunca su propia marca. Ayuken siempre fue fiel aliada. 

A ella se agarró más fuerte cuando se desató la crisis económica que vació las arcas de las administraciones, sobre todo para la cultura. La agencia para la que trabajaba, que se sostenía sobre todo de los contratos públicos, se fue al garete y Marcos Ayuken compró un billete para Madrid. Paraíso de oportunidades, a priori, en el plano musical. 

Han pasado diez años y desde hace seis se dedica solo a su agencia, pero hasta que se encontró con el suficiente trabajo como para vivir de ella, estuvo con grandes firmas del sector como Subterfuge, donde permaneció tres años. 

Ayuken MP avanza sobre dos patas. Una es la producción técnica, dedicada a organizar giras de artistas internacionales en España, y también asistencia a festivales como Tsunami, Resurrection Fest o Sonorama. La segunda es el management y booking de grupos nacionales, es decir, la gestión y desarrollo al completo sus carreras, desde las relaciones con las discográficas a la autoedición si no la tienen, contratación de giras, derechos... 

Nombres de relumbrón como Morgan, con los que empezaron haciendo conciertos para 25 personas y han terminado con giras multitudinarias, Grises, Dinero, New Day, Cobra, Digital 21 y Stefan Olsdal (Placebo) o los burgaleses Víctor Rutty, Rober del Pyro y dj Kaeff o los ya extintos Honoris Causa (luego Supercroma) caminan al paso de este burgalés siempre encantado de sentir cerca su casa.