Hace tiempo que la plantilla de Bomberos siquiera se acerca a la cifra de 125 efectivos que marca la Relación de Puestos de Trabajo. Peor aún. Ya va para más de tres años que están por debajo de los cien funcionarios, con lo que eso conlleva para un servicio fundamental como el de extinción de incendios. El bloqueo actual lo marca la falta de personal en la escala de mandos, que ha quedado aún más mermada por la marcha del subjefe, Julio Estébanez. Solo están dos personas para labores administrativas como planes de emergencia, los cuales quedan muy ralentizadas. Las intervenciones salen adelante con todos los efectivos, pero con un incremento de las horas extra. 

El Bocyl ya ha publicado la convocatoria de promoción interna para 17 plazas de la escala de mando (6 de cabo, 6 de conductor y 5 de prevención), a las que habría que sumar otra de cabo conductor que se haría a nivel nacional. Sin embargo, no hay una fecha concreta de cuándo podría comenzar el concurso. Fuentes sindicales esperan que los plazos se agilicen para que queden cubiertas en el segundo trimestre de este año, coincidiendo con la época de más trabajo para el servicio. 

Pero a todo este inmenso hueco que aún queda por cubrirse, hay que sumar la ausencia del subjefe, jubilado a partir de la semana próxima, un suboficial y cuatro sargentos. En cuestión de un año, de los siete altos mandos encargados de labores administrativas (hay nueve plazas) quedan apenas dos. Esto obliga al resto a multiplicarse para poder llevar a cabo el trabajo diario, pero todo se ralentiza mucho más. 

Pues bien todas estas plazas de la escala de mando ni siquiera están convocadas y parece que va para largo. Tampoco otras siete vacantes para bombero, a las que se deberían sumar las que queden libres por la promoción interna. Y ojo que el problema podría ser mayor si no hubiera candidatos para las que sí han salido publicadas en el Bocyl, pues habría que sacarlas para toda España y eso supondría aún más dilación. 

Así pues, el problema de personal en el servicio es grave, pues hace ya demasiado tiempo que no se superan los cien efectivos y, dadas las circunstancias, parece difícil que se alcance esta cifra a corto plazo. Tampoco se descarta, para más inri, que haya más jubilaciones a lo largo del presente año, por lo que las cosas podrían empeorar.

A pesar de todos estos problemas de personal, los servicios de intervenciones diarios se están realizando sin problemas. Está siendo necesario, eso sí, que los funcionarios hagan horas extra para poder cubrir las posibles incidencias sin que los ciudadanos noten la falta de efectivos. «Hay gente que está haciendo muchas», aseguran desde los sindicatos. Cabe resaltar que habitualmente los retenes son de 18 efectivos, que no solo se encargan de la capital, también de los pueblos del alfoz, de los posibles accidentes de tráfico y de  coordinar las emergencias de toda la provincia. 

La última oposición para incorporarse al Servicio de Extinción del Ayuntamiento de Burgos fue en 2021 y ni siquiera se cubrieron todas las plazas sacadas a concurso. Más de la mitad de los aspirantes cayeron en la primera criba. No obstante, esta situación suele ser muy habitual en casi todas las convocatorias por la dificultad de algunas de las pruebas.