El joven actor medinés Javier Fuente estaba el miércoles por la tarde en Madrid preparando los ensayos del estreno de su obra de teatro Rambal en la Sala AZarte. Al día siguiente se desplazó a Sevilla para ensayar con La Gran Orquesta y seguir trabajando en su recién estrenada distribuidora de espectáculos 'Eh o no Producciones'. Pero lo que es seguro es que aún sigue pensando en la «gran oportunidad» que le ha brindado el director de cine menés, David Pérez Sañudo, con el que ha trabajado en tres de lo cuatro cortometrajes que sigue grabando en Burgos hasta el domingo.
Javier Sainz-Rasines Fuente en el DNI, Javier Fuente en lo artístico, se siente muy agradecido con el cineasta, porque ha podido trabajar con «grandes actores, el que no tiene un Goya ha estado nominado». Pero también destaca lo «potente» que ha resultado estar a las órdenes de «un grande como David, que trabaja con tanto cariño, tanta pasión y tan bien». Javier, que la próxima semana cumple 28 años, tuvo oportunidad de pronunciar un par de frases en Si yo fuera rico, una película de Fernández Armero estrenada en 2019. Antes participó en dos películas de «baja producción» y varios cortos en Gijón, donde se formó en la Escuela Superior de Arte Dramático. Pero la experiencia durante más de una semana en los cortometrajes Artesanía, Agrio y El rey de la semana, todos ellos con la ciudad de Burgos como protagonista, ha sido muy especial.
Gracias al productor Agustín Delgado y socio en la productora Amania Films de Pérez Sañudo, Javier Fuente pudo hacer una prueba para el director de la laureada Ane y le gustó. En Burgos ha rodado junto a actores como Álvaro Cervantes (Adú, Brigada Costa del Sol), Luis Callejo (La noche más larga), Itziar Ituño (La casa de papel) o Patricia López Arnaiz (La otra mirada, Ane), con los que ha tenido «el placer de verles como trabajan y conocerles a nivel personal». Tanto a nivel técnico como interpretativo ha descubierto muchas diferencias del cine con el teatro y los musicales, los dos formatos en los que más ha trabajado hasta ahora este camaleónico artista, que lo mismo escribe, dirige, actúa o canta.
«Ver a actores tan profesionales ante ti te da una facilidad de trabajo abismal. Si Patricia López Arnaiz está enfadada, te lo crees. Está tan dentro del papel, es tan buena, que te imbuye y es fácil que la escena vaya adelante», cuenta. Además de lo aprendido, Fuente espera que esta suma en su curriculum de frutos, porque lo que más le gustaría es «vivir de rodaje en rodaje y de producción teatral en producción teatral».
Está en sus comienzos, pero no se queja, porque asegura que vive sobre un escenario desde que acabó sus estudios en la ESAD de Gijón y el Máster en Interpretación con la compañía sevillana Atalaya, referente del teatro de investigación, con la que piso escenarios de la Gran Vía madrileña o el Teatro Apolo de Barcelona. Aunque pensó en afincarse en Madrid, se decantó por establecerse en Sevilla, donde con Miguel Aragonés ha fundado la distribuidora de espectáculos que mueve sus tres producciones, la obra de teatro Rambal, que se ha podido ver en Medina, el espectáculo Ligoteapp y la obra de títeres La tripulación Pirrata, con dos r.
Junto a ellos, la distribuidora mueve otros once espectáculos, la mayoría musicales de gran formato que dan trabajo a un centenar de artistas, algo de lo que Fuente se siente muy orgulloso. Ahora actúan, sobre todo, en Sevilla, pero ya están saliendo a otras provincias andaluzas y no descarta que den el salto al norte. En Medina, donde regresa siempre que puede para encontrarse con su familia y amigos, también dejó su huella. Creó la charanga Coda y fue parte del grupo de danzas Raíces, la coral Voces Nostrae, la banda municipal de música y el grupo de tambores Medinarachas.