Días de vino por doquier y el jarro en la mano

L.N.
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Los cantos de bodega, a cargo de los hermanos Cebas, se convierten en la banda sonora de un pregón, lleno hasta la bandera, marcado por el 40 aniversario de la DO Ribera del Duero y un bonito recuerdo a Lola Pérez Rivera

Días de vino por doquier y el jarro en la mano - Foto: Valdivielso

En la capital de la Ribera del Duero, toda fiesta que se precie debe comenzar con un canto de bodega, de los de toda la vida, de esos tan nuestros. El pregón de las fiestas patronales en honor de la Virgen de las Viñas no podía ser menos. Por eso, el acto arrancó ayer a media tarde con unas estrofas de lo más elocuentes: vino en el invierno / en la primavera y en el verano / vino en el otoño / vino por doquier, vino por doquier y el jarro en la mano. Porque, efectivamente, como bien cantaron los hermanos Cebas, se avecinan diez días de vino por doquier. En el jarro, la bota, el porrón o la copa. Qué más da. El caso es disfrutar. Y claro, después de dos años más que complicados por la pandemia, las ganas tienden a infinito. El estreno promete. La Plaza Mayor arandina rozó el lleno.

Poco tardó en sonar la Jota de Aranda y el Bailad, bailad gigantones en honor a la villa que alegra Castilla. La misma en la que estos días maridan a la perfección devoción y jolgorio, con los vinos de la Ribera del Duero como grandes embajadores. Así lo subrayó el pregonero de las fiestas, el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen, Enrique Pascual, quien recordó que Aranda "es vino y cultura, innovación y creatividad, es futuro. Aquí se vive el vino en las calles, se saborean los momentos, se descorchan las fiestas y los abrazos tienen buen bouquet. Somos Capital Europea del Vino".

No faltó la nota reivindicativa. Como él mismo recordó, cuando era niño llegaba en tren... "hasta que nos lo quitaron". Acto seguido, cuestionó: "¿Os imagináis el día que tengamos el ansiado tren y la Autovía del Corredor del Duero? ¡Seremos imparables!".

Porque sí, aquí el mal tiempo se combate con buenos brindis. Con trabajo y esfuerzo para transmitir un legado único de generación en generación. Como lo hizo Lola Pérez Rivera, a quien ayer se rindió un bonito homenaje tras fallecer en julio a los 50 años. Un referente incuestionable en el mundo del folclore, amante de su tierra, de sus gentes, siempre con proyectos en mente, como el cancionero popular arandino en el que trabajó en los últimos años y que llevará su impronta. Ella tenía claro que las tradiciones no son algo del pasado y que se mantendrán muy vivas siempre que se sepan trasladar a las nuevas generaciones. Así sucedió ayer. Los hermanos Cebas, sentados en bancos de madera, con el jarro y la hogaza en la mesa, compartieron espacio con dos jóvenes que ya pisan con fuerza, María Arilla y Rodrigo Cuesta, que han participado en La Voz Kids. Todos interpretaron un nuevo canto de bodega. El relevo, a juzgar por lo vivido en el escenario, está garantizado. Sus voces también protagonizaron el himno de Aranda para reivindicar la transmisión de las tradiciones a las nuevas generaciones. Presente y futuro. Como el vino, "una herencia de valor incalculable y un motor de futuro, de desarrollo, de cultura", según recalcó Pascual en un pregón que "nace del corazón, del orgullo de ser de esta tierra".

"No hay lugar mejor". Aunque para orgullo el de Andrea Alcalde Moreno, reina de estas fiestas, con Nerea Platel y Carmen Tejela como damas. Con la emoción a flor de piel, la joven aseguró que había soñado toda su vida con este momento. "Aquí estoy, haciendo realidad mi sueño. Me siento muy afortunada de ser arandina. Para mí, no hay un lugar mejor", relató antes de recordar a sus abuelos.

Acto seguido, la alcaldesa de Aranda de Duero, Raquel González, tomó la palabra para desear que "estas sean las fiestas de todos, en las que todos tengamos cabida y todos lo pasemos muy bien". Que la distinción de ciudad europea del vino, continuó, sirva de excusa para dar a conocer la villa y sus atractivos, así como "la gran labor de la Denominación de Origen y el gran trabajo que desarrollan desde la cepa hasta el producto final, tan importante en la economía de nuestra comarca". González destacó el compromiso de la Corporación con el futuro de Aranda y subrayó que "es tiempo de fiestas y reencuentros, de romper con la monotonía, de salir a la calle y disfrutar". Todo ello en un acto que contó con la presencia de alcaldes de distintos municipios de la comarca como Roa de Duero, Caleruega, Peñaranda de Duero, Moradillo de Roa, Villalba de Duero, así como de La Aguilera y Sinovas; el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente; el consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Alejandro Vázquez; el vicepresidente de la Diputación de Burgos, Lorenzo Rodríguez; o el procurador arandino Emilio Berzosa.

Poco antes, la concejala de Festejos del Ayuntamiento arandino, Teresa Bermejo, brindó por "unos días en los que la alegría y las ganas de vivir llenen las calles de nuestra villa". Porque Aranda recupera las fiestas con todo su esplendor. Con ansias de celebración. Con orgullo propio. Y, sobre todo, con vino por doquier.