Jugar para aprender: detectives de la ESO

Agencias
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La iniciativa con la que un grupo de alumnos corrige la ortografía de personas famosas en redes sociales salta a las librerías abordando la importancia de motivar al alumnado

Jugar para aprender: detectives de la ESO

La enseñanza no conoce límites. Bueno, sí, su única barrera es la capacidad imaginativa del docente. Y hoy en día las posibilidades para impartir clase y disfrutar aprendiendo son innumerables gracias al progreso tecnológico.

Las redes sociales son muchas veces desterradas dentro de las aulas. Con ese acto se echa a perder su tremenda capacidad para compartir enseñanzas y conocimiento. Y, lo más importante, no se aprovecha su idoneidad para atraer a los alumnos más jóvenes hacia el gusto por aprender.

Alejandro Galán, un profesor que se define a sí mismo como «un soñador», se dio cuenta de esa funcionalidad lectiva de las redes sociales y puso en práctica una actividad educativa que ha saltado a la fama gracias, en parte, a ese apartado de viralidad que poseen este tipo de plataformas.

Detectives de la ESO es el nombre que recibe la iniciativa que este joven profesor extremeño llevó a cabo con sus alumnos. Su clase se encargaba de corregir la ortografía de personas famosas, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entre otros muchos. Un concepto que también ha llevado a un libro con el mismo nombre donde se aborda la vocación del profesorado y las virtudes de las redes sociales y del juego en el aula para enganchar a los estudiantes y desmontar mitos muy manidos.

Alejandro Galán parte de un dato: el alumnado pasa seis horas del día en clase, 30 a la semana y más de 1.000 al año. «Hay que intentar que las horas lectivas sean lo menos aburridas posibles, ya que para muchos estudiantes la jornada se convierte en un ejercicio de supervivencia», expone el profesor.

Los «magos de la tiza», como el docente extremeño se refiere a la gente de su gremio, son los principales elementos de progreso de una sociedad. Los profesores tienen al alcance herramientas muy potentes para que la educación sea mucho más amena y motivadora para el estudiante mediante el uso de herramientas que conecten con ellos y que aprendan disfrutando.

Un instituto de Berlanga (Extremadura), un municipio de no más de 3.000 habitantes, es el epicentro de esta iniciativa que ha saltado al panorama nacional poniendo de manifiesto que no existen barreras geográficas para la enseñanza.

Detectives de la ESO permitió mejorar la ortografía y gramática de los alumnos implicados. Los componentes de la clase comenzaron a observar a políticos, deportistas, cantantes o periodistas con más de 20.000 seguidores en sus cuentas de redes sociales y su lupa comenzó a sacar los colores a más de uno, como Pedro Sánchez.

«Buenos días, Pedro. Somos un grupo de alumnos que corregimos faltas de ortografía. Tu falta ha sido no escribir tilde en la palabra diálogo. Un saludo», así versaba el tweet que los chicos y chicas enviaron al presidente del Gobierno. En las garras de estos escolares cayeron el político Rafael Hernando, el aventurero Jesús Calleja, el periodista Íker Jiménez y el actor Arturo Valls, entre otros muchos.

 

El 'tweet' clave

La actividad tuvo sus altibajos y la respuesta que lo cambió todo fue la que corregía a la cantante Aitana, que se hizo viral, lo que generó un aluvión de artículos y mucho ruido mediático.

Las respuesta de las personas corregidas fueron un acicate para los alumnos, pero el comentario «más bonito» para Galán llegó en alfabeto cirílico por parte de una maestra de Bielorrusia.

Esta iniciativa ha dado pie a desarrollar otros juegos lectivos teniendo como base las redes sociales. A estos pasatiempos didácticos se suman otros muchos de simulación y de roles que Alejandro Galán esboza en su publicación.

Los alumnos del instituto extremeño no solo están aprendiendo sobre ortografía, sino que de la mano también están observando la importancia de la correcta utilización del léxico español en unos tiempos donde la inmediatez y lo efímero reina en el medio digital.

La actividad llevada a cabo por Alejandro Galán es una muestra clara de las capacidades de la vocación y la implicación del docente en la enseñanza de los alumnos. Mediante un juego, los chicos y chicas han aprendido a sacarle partido a las redes sociales para aprender y enseñar y para tomar conciencia del buen uso de la lengua.

Romper la dinámica educativa en pos de una enseñanza más interactiva convierte la estereotipada docencia en diversión.