A gusto en casa suma sus primeros 8 usuarios y crea 7 empleos

R.E. MAESTRO
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La Junta inicia el programa que busca ayudar a mayores de Arlanza y Demanda en sus domicilios con la intención de llegar a 255 en tres años y medio. Aspanias se encarga de prestar el servicio y ha formado a 22 personas para trabajar

Verena Caños (i.) es la gestora de caso de Arlanza y María Jesús García trabaja como asistenta. - Foto: Miguel Ángel de la Cruz

El programa A gusto en casa ha comenzado a funcionar tanto en la comarca de Arlanza como de la Sierra de la Demanda y ya cuenta con ocho usuarios adheridos. Aún se encuentra en una fase inicial este proyecto de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades que busca que las personas mayores puedan seguir viviendo en sus domicilios y envejecer así en los pequeños municipios, pero el objetivo pasa por desplegar el programa durante tres años y medio para alcanzar hasta 255 usuarios.

En cuanto a esas primeras adhesiones, el Ceas de Lerma es el que acumula la mayor parte de ellas con hasta 6 mayores. Mientras, el de Quintanar suma una y el de Salas de los Infantes, otra. Y también se han creado siete empleos para profesionales de Aspanias, que es la entidad que se encarga de prestar el servicio en esta zona. Un coordinador del proyecto, tres gestoras de caso y una persona de administración, más dos asistentes personales, son los puestos de trabajo que ya ha generado.

En las dos comarcas burgalesas  se ha formado por ahora a 22 personas para que trabajen en este programa y desarrollen sus labores, como asegura Federico Martínez, gerente de Aspanias, y que valora esas cifras como «una cuestión muy relevante puesto que se trata también de incrementar el empleo en estas zonas». Así, existe un buen número de personas actualmente susceptibles de trabajar en el medio rural con esta línea. Una oportunidad para fijar población y que quienes deseen quedarse a vivir en los pueblos puedan lograrlo a través de la iniciativa.

Martínez explica que cuando exista demanda se buscará a personas preparadas específicamente para ocupar el puesto, como si de una bolsa de empleo se tratase. Dentro del análisis de esas posibles demandas está el coordinador de caso, que es una figura que pertenece a los Centros de Acción Social (Ceas) y a quienes llegan cuáles son las necesidades específicas de cada mayor. Este se pone en contacto con el gestor de casos para informar sobre la adhesión y pasar a su investigación para solucionarlo de la mejor manera.

Una vez que se estudia el caso en concreto se precisan aspectos como qué atención exacta puede requerir en su domicilio y el tipo de intervención que se debe llevar a cabo. Este servicio se divide en dos líneas básicas. Por una parte, la asistencia personal, que son aquellas trabajadoras que apoyen a esa persona mayor en los diferentes ámbitos de la vida diaria como pueden ser un acompañamiento a una visita médica o realizar una cuestión administrativa. «Un apoyo puntual, no continuado durante toda la jornada del día», puntualiza Martínez. Por otro lado, están los apoyos técnicos tales como un andador, una silla de ruedas o una cama articulada.

La inversión en la provincia para este programa asciende a 9 millones de euros en los tres años y medio de despliegue del programa, según informa la Consejería. Y la idea espoder ampliar la oferta a todos los municipios al implantarlo en las nueve provincias de Castilla y León. Esta solo se trata de una de las tres partes que forman la denominada Atención en Red. Se completa con las Viviendas en Red, para quienes no tienen vivienda o no pueden adaptarla accedan a una  municipal con un alquiler simbólico, y la Atención Residencial para que los usuarios de los otros dos anteriores cuenten con servicios en red, como por ejemplo acudir a fisioterapia a la residencia más proxima o hacer uso del comedor.

Más cursos formativos. En la comarca Odra-Pisuerga también ha iniciado un proyecto Aspanias para poner en marcha un apoyo similar a los mayores, aunque queda fuera del marco de la iniciativa A gusto en mi casa. «Vamos a dar formación en asistencia personal», comenta Martínez, que aclara que es una inquietud del propio grupo ofrecer un servicio de estas características en dicha comarca al creer que también «podría haber una parte de posibles demandantes de necesidades».

Se ha dado también prioridad a residentes en la comarca en situación de desempleo o jornada parcial y los cursos se han desarrollado online con un contenidos similares a los ofrecidos en Arlanza y Demanda. Una vez concluido, se explorarán los casos que requieran de esta ayuda. «Lo fundamental es que entendiendo que las personas mayores dentro del ámbito rural tienen problemas para recibir esos servicios de proximidad, que en un entorno urbano son más accesibles, se trata de hacerlos llegar a través de este tipo de proyectos», concluye el gerente de Aspanias.