El Consejo de Gobierno de la Universidad de Burgos ha aprobado hoy el presupuesto de la institución para este año, cumpliéndose así los plazos avanzados en verano por el rector, Manuel Pérez Mateos, para adelantar el visto bueno de las cuentas y no esperar a septiembre, tal y como ocurrió el pasado ejercicio. El montante global asciende a 86.199.904 euros, lo que supone 13,8 millones más que el de 2022 o un incremento relativo del 19%, que, principalmente, se da en el capítulo de inversiones.

Este pasa de los 14,1 millones de la anterior anualidad a los 23,7 millones, impulsados por el incremento de los fondos obtenidos para proyectos de investigación, que alcanzan los 15,6 millones para este ejercicio (6,1 el anterior), a los que se suman otros 2,3 en investigación propia y a través de convenios y contratos con empresas.

En lo que se refiere al capítulo 1, el que incluye los gastos de personal, se ha incrementado en un 6%, respondiendo así a la actualización salarial de los trabajadores. Mención aparte merece el remanente de Tesorería, que asciende a 5,7 millones, de los cuales casi tres se prevén para proyectos de investigación que aún no hayan recibido la aportación económica conseguida. Al respecto, cabe recordar que el Consejo de Cuentas de Castilla y León instó a la UBU el pasado diciembre a utilizar este dinero como fuente de financiación de gastos presupuestarios en el futuro.

En las cuentas de 2023 se destinarán 2,1 millones de euros a sostenibilidad, frente a los 551.00 del pasado ejercicio. La mayor partida se invertirá en la adecuación de un nuevo aulario en el antiguo Hospital Militar, cuyas obras comenzaron a finales de 2022 con un presupuesto de 1,4 millones, mientras que otros 400.000 irán para la renovación de la caldera de gas de la Escuela Politécnica de la Milanera por un sistema de geotermia.