La posibilidad de contagio es el doble en los barrios pobres

H.J.-A.G.
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Un estudio de la Gerencia de Atención Primaria revela que los condicionantes socioeconómicos son determinantes frente a la covid pese a que en Burgos no existen las diferencias entre distritos que se encuentran en las grandes capitales

Los expertos aseguran que muchas veces es más determinante "el código postal que el código genético" - Foto: Luis López Araico

La covid no sabe de territorios ni de nivel de renta. Cuando el virus entra en el organismo de una persona no le pregunta dónde vive ni cuánto gana. Pero en esta enfermedad, como en casi todas las demás, las condiciones socioeconómicas resultan determinantes para analizar cuánto y cómo puede afectar a los individuos. En Burgos, una ciudad de tamaño medio sin las gigantescas diferencias sociales de las grandes capitales, la mayor parte de la población no vive en burbujas. Los hay más ricos y más pobres pero muchas veces viven a un par de calles de distancia sin los abismos que les separan en las macrourbes. Y sin embargo, un análisis de los contagios en los barrios más y menos pudientes revela que también existe una brecha

Un análisis realizado por la Gerencia de Atención Primaria, con datos entre el 20 de mayo y el 30 de octubre en distintos centros de salud de la capital, apunta a que la posibilidad de contagiarse es entre 1,5 y 2 veces mayor en los barrios más desfavorecidos de la ciudad respecto a los más pudientes. El estudio ha extraído de los contagios los correspondientes a residencias de ancianos, de forma que estos centros, en muchos casos fuertemente afectados por el coronavirus, no afecten al resultado global de cada zona básica de salud.

Tal y como explica Ángel González, técnico de Salud Pública, "los centros López Saiz o Santa Clara, al que pertenecen distritos como Las Calzadas, Plaza España o Villa Pilar han sido los que han registrado una incidencia acumulada más baja en el tiempo analizado". En efecto, en los mencionados distritos censales (además del área de La Castellana) es donde se registran las rentas por hogar más altas de la ciudad, según los últimos datos del INE correspondientes al año 2017.

Por el contrario, "centros de salud como Comuneros, Gamonal Antigua, Las Torres o San Agustín, al que pertenecen las barriadas de El Encuentro, la Inmaculada, Juan XIII o el entorno de San Pedro y San Felices (los distritos con menor renta, de nuevo según el Instituto Nacional de Estadística) son los que han registrado la incidencia acumulada más elevada".

Explica González que el método seguido para este análisis consiste en "un recuento de todos los casos positivos que se han notificado en estos cinco meses en los distintos centros de salud y lo hemos relacionado con el total de tarjetas sanitarias adscritas". A partir de ahí se obtienen "ratios de incidencia" que, si bien no se corresponden con la forma tradicional de presentar estos datos, pues esta suele ser la incidencia acumulada en 14 días, "nos permite establecer una relación en forma de probabilidad de enfermar, que en epidemiología se conoce como Riesgo Relativo".

Por poner un ejemplo, en el centro de salud López Saiz (que cubre zonas de alto nivel de renta) se registraron entre mayo y octubre 423 casos de coronavirus frente al de Comuneros (que atiende barrios más desfavorecidos) donde se alcanzaron los 830, teniendo en cuenta que ambos cuentan con un número total de tarjetas sanitarias cercano a los 17.000.

González, médico de Familia y miembro del equipo de seguimiento epidemiológico de la Gerencia de Atención Primaria desde que comenzó la pandemia, reconoce que, "por suerte", Burgos no es una ciudad con demasiada variabilidad entre las personas en función de su renta ni con un grupo excesivamente numeroso de gente en exclusión social como ocurre en capitales como Madrid o Barcelona, donde se han encontrado diferencias abismales entre barrios en cuanto a esperanza de vida. Aún así, y sin que se haya realizado ningún estudio completo aún, afirma sin dudar que tiene más riesgo de contraer el coronavirus una persona de la Barriada Inmaculada que otra de Villa Pilar.

"Es lógico que esté más expuesta a la enfermedad una persona que no pueda hacer el confinamiento porque tiene un trabajo esencial -muchos de los cuales están precarizados, además de muy feminizados y han sido una fuente de contagio importante- o porque su casa no reúnen las condiciones de salubridad o porque la comparte con muchas personas", explica.

Pone como ejemplo que personal de las residencias, donde en la primera ola se cebó el coronavirus, no tenían la misma protección que sanitarios y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, "lo que puso en entredicho la gestión de estos centros y cómo su privatización es un negocio muy rentable".

En este sentido, recuerda que durante los meses más duros del encierro hubo quien lo llevó a cabo en una casa de 120 metros cuadrados, con teletrabajo y liquidez suficiente como hacer una sola compra al mes y, por tanto, exponerse lo menos posible, mientras que otros muchos tuvieron que salir a diario a empleos mal pagados y sin la protección adecuada.

Así pues, recuerda ese mantra de los especialistas en Salud Pública según el cual tiene más influencia en la salud el código postal de las personas que su código genético. Son los denominados determinantes socioeconómicos de la salud, que se están viendo muy claramente durante la pandemia: "Nadie está a salvo si no lo estamos todos y esto es algo que deberíamos haber aprendido ya. Que diez personas vivan en un piso de sesenta metros cuadrados es una faena para ellas pero también, indirectamente, para cada uno de nosotros. Hay que construir otra vez el concepto de comunidad porque si esta es fuerte y sólida no solo ayudará a disminuir la infección sino el impacto social, porque esta crisis sanitaria no ha hecho sino aumentar las desigualdades sociales que ya existían".

Tan claro lo tiene, que uno de sus objetivos es que cuando se reduzca la presión que tiene Atención Primaria se puedan estudiar de forma calmada todos los datos del coronavirus de la provincia y analizar qué diferencias indican en cuanto a zonas básicas de salud y rentas: "Pero no solo influyen estas variables sino otras como las zonas verdes que haya cerca de las viviendas -algo que en Burgos está al alcance prácticamente de cualquiera- o un estilo de vida más saludable".

Medio rural: La otra protección

Además del análisis comparativo entre distintos barrios, los técnicos de la Gerencia de Atención Primaria han estudiado también las diferencias entre el medio urbano (Burgos capital, Aranda y Miranda) respecto al rural. Y el resultado es que existe un claro efecto protector fuera de las localidades más pobladas.

La posibilidad de contagiarse de la covid es "entre 3 y 5 veces superior" en el medio urbano que en el rural, según su análisis. Por eso no dudan en afirmar que "el medio rural, la mal llamada ‘España Vacía’, ha actuado como un factor protector tremendo a la hora de detectarse y declararse nuevos contagios".

A conclusiones parecidas llegó, tras la primera ola de la pandemia, el llamado ‘Registro Vintage’ que puso en marcha desde el Servicio de Epidemiología. En él se recogía que la mortalidad en las residencias de mayores ubicadas en los entornos urbanos había sido 2,5 veces mayor de las que están en los entornos rurales. José Luis Yáñez, epidemiólogo, jefe del servicio y responsable del Vintage, ya apuntaba en su día: "algo bueno tenía que tener la España vacía, como una menor tasa de contacto que en las urbanas y un menor tamaño".