Dos minutos antes de las 7 de la mañana, momento del estreno del servicio comercial de AVE entre Burgos y Madrid, la inquietud de algunos de los primeros pasajeros era notable. Especialmente entre uno de los más jóvenes que se subieron al convoy, que no dejaba de preguntar a su padre si viajar en un tren a 300 kilómetros por hora iba a conllevar «tener que agarrarnos al asiento en las curvas».
Tras la inauguración de la línea, Renfe ya explota la infraestructura, un recorrido de 1 hora y 33 minutos en trenes AVE que alcanza la hora y 55 minutos en los Alvia.
Los 90 primeros usuarios de la conexión más rápida llegaron a las 8:35 horas al andén 17 de Chamartín. Los dos minutos de retraso que acumuló el tren, lejos de levantar las primeras críticas, fueron hasta bien recibidos ya que varios de los usuarios que viajaron lo hicieron por puro placer. «Mis hijos y yo siempre podremos contar que estuvimos a bordo del primer AVE», reconocía uno de esos apasionados. También sacó billete un grupo de tres amigos, amantes del ferrocarril, que no quisieron perder la oportunidad de asistir a un evento de casi tanta trascendencia como el que inauguró la infraestructura el día anterior.
Lejos de estar plagado de empresarios y gente de negocios, que a buen seguro llenarán los asientos cuando termine el verano, hasta la capital de España 'peregrinaron' madrileños que se encontraban de vacaciones enBurgos, conferenciantes, familias enteras o gente en pleno desplazamiento por el país. El AVE de la serie 112 de Renfe, el elegido para recorrer esta ruta a partir de ayer, tiene una capacidad de 353 personas, por lo que apenas transportó a una cuarta parte de todas las que pueden llegar a transportar.
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