La única medida que tomó el Gobierno para contrarrestar el imparable avance de la variante ómincron fue decretar la obligación de llevar mascarilla en exteriores. Una decisión que, resaltaron los expertos, no tenía base científica para frenar los contagios. Tampoco fue popular y solo hacía falta salir a la calle para comprobar que muchos ciudadanos se mostraban reacios, especialmente en zonas poco concurridas. Las Fuerzas y Seguridad del Estado han tirado más de mano izquierda que de papel y boli para lograr su cumplimiento. La Policía Local, por ejemplo, intervino por este motivo una decena de veces y solo sancionó por faltas de respeto. La norma caerá el jueves.
Más allá de que los agentes consideraron que la mejor estrategia para lograr un uso mayoritario del tapabocas era la del aviso más que la sanción, había un factor que jugaba en su contra, según destacan fuentes del cuerpo municipal. Y es que el doble pronunciamiento en contra del Tribunal Constitucional hacia los dos decretos de alarma -que anulaban las denuncias tramitadas durante esos periodos-, en cierta manera ataba de pies y manos a la hora de poner multas.
Entre las fuerzas policiales había cierta sensación de que castigar la ausencia de mascarillas era perder el tiempo porque existía muchas posibilidades de que terminase anulada. Los propios policías comprobaron que si querían un cumplimiento mayoritario, les bastaba solo con avisar de la normativa. Solo cuando había una contestación contraria del ciudadano decidían actuar.
Y tampoco es que se hayan producido numerosas intervenciones de la Policía Local desde el pasado 23 de diciembre, cuando el Gobierno decretó esta medida. Según los datos facilitados por el cuerpo, apenas tuvieron que actuar una decena de veces por este motivo, pero siempre hubo además otros comportamientos punibles, principalmente faltas de respeto a la autoridad.
Es por eso que estas diez denuncias se engloban entre las 30 actas levantadas en base a la ley de Seguridad Ciudadana, que castiga comportamientos como el desacato a la autoridad. En las 20 restantes, puntualizan desde la Policía Local, también hubo algún que otro uso incorrecto de la mascarilla, aunque no fue el detonante de la multa. «Hemos intervenido mucho en botellones o en ambientes festivos en el que se veían estos incumplimientos y se dejaba constancia, pero el motivo realmente era otro», añaden. Habrá que ver qué ocurre finalmente con esas diez sanciones, pues los juzgados ya han anulado decenas de los dos estados de alarma.