La lucha para salvar el planeta empieza por los pies en Pradoluengo. No podía ser de otra manera en una de las pocas empresas del sector textil que ha sobrevivido durante más de un siglo en la villa. A su apuesta por fijar empleo y población en el medio rural, Calcetines Mingo une ahora un firme compromiso con el medio ambiente y contribuye a la recuperación de dos mares de la península, el Mediterráneo y elCantábrico, con un producto puntero e innovador.

‘Estos calcetines limpian los océanos’. Textualmente. No han podido elegir un lema más directo para promocionar los productos de FreeWaves, como atrevido y colorido es su diseño, nítida la ilustración y ligera su composición, algo que parece imposible de imaginar al conocer que el material fue originariamente una bolsa o una botella de plástico que se enganchó en las redes de un pescador.

Esta semana, Mingo lanza al mercado esta nueva línea integrada en su marca de calcetines técnicos deportivos, Funstep, que amén de una apuesta comercial es una manera de «implicarse» en la lucha contra el cambio climático y la protección de los animales marinos y el planeta, explica José Manuel Mingo, gerente y bisnieto del fundador de la empresa, consciente de que el sector textil es uno de los más contaminantes.

¿Dónde está la clave para esa conciencia medioambiental? En el fondo del mar. El que llevan en el talón estos calcetines, que combinan sostenibilidad e innovación, gracias a una forma de aplicar la técnica de sublimación desarrollada en exclusiva por esta empresa de Pradoluengo -les costó «10 meses de ensayo-error»- que se aplica en toda la prenda, incluido talón y puntera, y que permite estampar los diseños con calidad fotográfica y lograr el detalle y la nitidez propia de un dibujo a carboncillo. 

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)