El parón pone en riesgo la escuela infantil Río Vena

C.M.
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La adjudicataria decidió seguir con los trabajos pero el nuevo decreto municipal lo prohíbe

El edificio se estaba reduciendo a escombros poco a poco desde mediados de febrero. - Foto: Alberto Rodrigo

El derribo de la antigua escuela infantil Río Vena se ha quedado a la mitad y este retraso podría hacer peligrar que el nuevo centro educativo abriera sus puertas el curso 2021-2022. La empresa adjudicataria, Construcciones Ortega, siguió adelante con los trabajos a pesar de que el Ayuntamiento anunció a mediados de marzo que paraba las obras que tenía contratadas. Sin embargo, el nuevo decreto que echa el cerrojazo al sector de la construcción hace inviable continuar con los trabajos.

El derribo comenzó el 11 de febrero con el vallado perimetral y la poda de los sauces llorones que habían constituido la seña de identidad de la que fue la primera escuela infantil municipal de la ciudad, que cerró sus puertas el curso 2012-2013 debido a que el inmueble presentaba muchas deficiencias.

Las máquinas habían demolido prácticamente todo el interior y se centraban ahora en el exterior pero se han parado dejando en pie varios de los muros. El plazo de ejecución era de cuatro meses, de modo que no habría en teoría ningún problema para acabar en tiempo el contrato. 

Una vez que culmine el derribo se construirá un nuevo edificio cuya previsión inicial es que abra el curso 2021-2022. En este tipo de instalaciones es necesario que estén listas en septiembre, con el comienzo del nuevo curso, e incluso antes dado que hay que poner en marcha el proceso de matrícula y organizar las clases y los recursos humanos necesarios. 

El proyecto del nuevo centro infantil se presentó hace poco más de dos años. El concurso para su redacción fue adjudicado al estudio de arquitectura A2G, que ha planteado una escuela con un consumo energético casi nulo al emplearse en su ejecución el estándar Passivhaus, convirtiéndose así en el primer inmueble municipal con esta técnica. 

Al margen de estas características, dispondrá de 773 metros construidos, que se repartirán en dos aulas para niños de 0 a 1 año, otras dos de 1 a 2 y tres de 2 a 3, con una capacidad total de 103 plazas. Contará también con cocina, comedor, sala de lactancia, aseos y una sala multiusos, además de que se ha tenido en cuenta la funcionalidad, flexibilidad y seguridad al diseñarse en torno a un gran patio central, que permite un mayor control, y la posibilidad de ampliar o reducir espacios dependiendo de las necesidades. 

El Ayuntamiento adjudicó su construcción a la empresa Geopsa por 2,08 millones y un plazo de ejecución de 15 meses. Los tiempos van muy ajustados, ya que después deberá convocarse un concurso para su equipamiento. En cuanto a la partida económica, el Ayuntamiento ha reservado para este año 800.000 euros, quedando pendientes otros 1,3 millones para el próximo ejercicio. La nueva escuela infantil municipal se sumará a las ubicadas en la zona sur, Gamonal Norte y el polígono industrial de Villalonquéjar.