El día comenzaba nublado, con amenaza de lluvia, pero muy pronto todo iba a cambiar. Alrededor de las 10 de la mañana, la primera edición de la ruta 091 en Miranda dio el pistoletazo de salida y más de 400 corredores mostraron de todo lo que eran capaces. Mientras, multitud de asistentes les animaban. El esfuerzo mereció la pena porque se recaudaron hasta 3.800 euros a favor de la Asociación Burgalesa de  Esclerosis Múltiple (ASBEM). Cuando al fin las piernas se habían relajado, los cuerpos de Policía deleitaron a los espectadores con exhibiciones de drones, unidades caninas e incluso un helicóptero. 

Las pistas de atletismo del Polideportivo de Anduva se convirtieron en lugar de reunión para profesionales, aficionados y decenas de niños ilusionados. La meteorología parecía respetar, pero el suelo estaba muy húmedo. Aún así, la carrera dio comienzo y durante más de 35 minutos, los participantes recorrieron buena parte de la ciudad. El primero en llegar fue Javier Díez. «Lo importante ha sido poder colaborar con ASBEM», afirmaba poco después de cruzar la meta. El evento contó también con Jesús Gómez, atleta olímpico. «Me pidieron estar aquí y no dudé, ha sido una bonita mañana», expresaba. Los corredores fueron pasando y muchos de ellos recorrieron los metros finales junto a sus hijos. Así mismo, el público les recibía con aplausos porque al final lo importante no era llegar el primero, sino aportar a una causa benéfica.

Los nervios ya se sentían entre los pequeños atletas cuando por megafonía anunciaban que tocaba su turno. Los más jóvenes, hasta 4 años, recorrieron 100 metros, aunque alguno se terminaba cayendo del esfuerzo. Eso sí, todos llegaron a la meta y recibieron no solo la ovación de los presentes, sino una medalla que seguro que recordarán durante mucho tiempo. Tras acabar todas las carreras, se celebró la ceremonia de trofeos, además de entregar el cheque benéfico a ASBEM. Ahora bien, lo más emocionante estaba por llegar. 

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Comenzaban a caer los primeros copos de nieve, cuando unas aspas se escucharon a lo lejos. Desde Zaragoza, el helicóptero de la Policía Nacional hacía realidad la ilusión de muchos de los asistentes y maniobraba encima de las pistas. Seguidamente, caballos y perros también mostraron sus diferentes destrezas y habilidades. Las unidades de subsuelo y los drones remataron una jornada muy solidaria en Miranda de Ebro y que ya espera una segunda edición el año que viene.