Lleno total para festejar orgullo y tradición

L.N.
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Cientos de personas de diversos puntos de España se congregan en Aranda para celebrar la V Gran Fiesta de la Vendimia y disfrutar de los buenos vinos a ritmo de Seguridad Social o La Cabra Mecánica

Lleno total para festejar orgullo y tradición - Foto: ICAL

En la Ribera del Duero la vida se vive y, sobre todo, se bebe. De ello dieron buena cuenta los centenares de arandinos y visitantes que se congregaron en la Plaza Mayor de Aranda con un objetivo muy claro: festejar la Gran Fiesta de la Vendimia y los valores de orgullo y tradición que a ella van ligados. Hubo vino para dar y tomar, pero antes el público disfrutó del mosto fruto del pisado a la vieja usanza que llevaron a cabo varios integrantes de la Escuela Municipal de Folclore.

Con los jarros en alto también brindaron autoridades y dos acompañantes de lujo, el presentador televisivo Roberto Leal como embajador de Ribera del Duero y el cómico JJ Vaquero como Ribereño del Año, en el marco de una edición más especial si cabe por varios motivos: en primer lugar, porque la fiesta recupera la normalidad tras la pandemia de covid; en segundo, por el 40 aniversario de la Denominación de Origen Ribera del Duero; y en tercero, por la distinción de Aranda como ciudad europea del vino. Todo ello sin olvidar que este evento a muchos les ha pillado, precisamente, vendimiando. De ahí el guiño de JJ Vaquero a quienes agachan el riñón y conocen mejor que nadie el esfuerzo que se esconde detrás de cada botella. A todos les definió como "héroes".

Hasta ahora se han recogido en torno a 38 millones de kilos de uva, que están entrando en las bodegas "en buenas condiciones", según apuntó el presidente del Consejo Regulador de la DO, Enrique Pascual, quien defendió que al margen del calor o la falta de lluvia, lo importante "es el resultado final". A la espera de que la vendimia se generalice al 100% a partir del miércoles o jueves, ayer multitud de familias y grupos de amigos no perdieron la oportunidad de empaparse del espíritu Ribera. Ahí estaban, por ejemplo, Alicia, Sonia, Inma y Eva, que visitaron "a propósito" Aranda desde Madrid y Burgos. También Alberto acudió con sus dos hijos, Daniel y Javier, de seis y cuatro años, para que degustaran el primer mosto de la campaña. Y Eva y Tomás, quienes al contagioso ritmo de Seguridad Social, aseguraron que con eventos así "el arranque del otoño se afronta de otra manera". Hubo quienes llegaron desde Santander, también de León y hasta un grupo de amigas que aprovechó para celebrar una despedida de soltera. Así que en la Plaza Mayor no cabía prácticamente ni un alma y, en las casetas de las bodegas, el descorche de botellas fue la tónica de toda la jornada.

"Defender las raíces". Porque el vino, como detalló Roberto Leal, "es algo que marca los momentos importantes de la vida para bien y para mal". Desde el nacimiento de un hijo, la consecución de un premio e, incluso, en las rupturas sentimentales.

Como embajador de Ribera, prometió defender "a capa y espada" las bondades de estos caldos en una comarca que, a su juicio, "está haciendo bien las cosas". Especialmente a la hora de acercar el vino a los jóvenes. "La gente de aquí tiene clarísimo de dónde viene, es muy de creer en lo suyo y yo me siento totalmente representado". Por eso, su brindis no podía tener otro destinatario: todos los ribereños. "No hay nada más bonito que ser de pueblo, que defender esa marca", concluyó.