Las enfermedades de la retina elevan en un 20% las consultas

G.G.Ubierna
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Las más frecuentes son la miopía patológica, la degeneración macular asociada a la edad y las provocadas por la diabetes. En las tres influyen los hábitos de vida, pero en distinto grado

La responsable de la sección de Retina en el HUBU, Lourdes Macías, muestra la ubicación de la membrana en el ojo. - Foto: Jesús J. Matías

Distintos estudios permiten estimar que entre 40.000 y 53.000 burgaleses tienen miopía patológica; otros 28.000 mayores de 60 años tienen algún tipo de degeneración macular asociada a la edad;y, por último, se calcula que unos 7.000 sufren problemas de visión a causa de la diabetes. Estas tres son las enfermedades más frecuentes de la retina y semejantes incidencias han provocado en los últimos veinte años un aumento de entre un 20% y un 25% en las consultas de la sección que las trata en Oftalmología del HUBU. 

El auge de estas enfermedades, sobre todo de las desencadenadas por la diabetes, está muy vinculado al actual estilo de vida y, por tanto, su tendencia sigue siendo creciente. De ahí que vayan a acaparar buena parte de los contenidos programados en el congreso anual de la Sociedad Española de Retina y Vítreo que se celebra hoy y mañana en el Fórum, más de un año y medio después de que se tuviera que cancelar por la explosión de la pandemia.

La responsable de la sección de Retina en el HUBU, Lourdes Macías, destaca que las tres grandes enfermedades de esta membrana «están aumentando muchísimo en el siglo XXI», con la consiguiente repercusión en la calidad de vida de los afectados. Si la degeneración macular es la causa más frecuente de pérdida severa de visión -o ceguera- en mayores de 65 años, la diabetes lo es en los menores de esa edad. Y de ahí que la detección precoz sea fundamental para tratar de garantizar la máxima calidad de vida en el mayor tiempo posible.

En el caso de la degeneración macular asociada a la edad, Macías destaca que para ello es fundamental conocer los síntomas de esta enfermedad degenerativa y progresiva que afecta, sobre todo, a mayores de 50 años. La causa es desconocida, pero se sabe que tanto la predisposición genética como la edad son los principales factores de riesgo, a los que se suman la hipertensión, el sedentarismo, la obesidad y el tabaquismo. «En fases iniciales hay una ligera pérdida de visión y se confunde con una catarata. Pero si avanza ya se ven líneas torcidas, a veces también hay una pérdida de sensibilidad al ver los objetos y, dependiendo de la zona de la retina que esté afectándose, tienen puntos ciegos en el campo visual de la zona central», explica Macías, destacando que detectar alguno de estos síntomas es indicativo de que la enfermedad está avanzada y el tratamiento, inyecciones intravítreas para los casos más repentinos, debe ser inmediato. «Con los últimos tratamientos ha mejorado mucho el pronóstico y, en general, se consigue mantener la visión dos años en el 90% de los pacientes, que antes la perdían impepinablemente», explica la oftalmóloga, matizando que en el congreso se van a exponer las novedades en tratamiento: «Hay nuevos fármacos que permiten conseguir mejores resultados con menos inyecciones».

5.000 inyecciones. En Oftalmología del HUBUadministran cada año entre 5.000 y 6.000 inyecciones intravítreas, dado que también es la terapia para la degeneración macular causada por la miopía patológica (que también provoca desprendimientos de retina, pero en este caso la terapia es quirúrgica) y para algunas de las patologías que causa el exceso de azúcar en sangre: el edema macular diabético y la retinopatía diabética. «Se estima que entre un 4% y un 5% de la población general tiene ahora una afectación visual moderada o severa por la retinopatía diabética, que es una barbaridad, pero hay margen de maniobra porque la diabetes está muy relacionada con la forma de vida», afirma Macías, destacando la obesidad, la dieta, el sedentarismo...

Así como en la incidencia de la miopía patológica (a partir de 6 dioptrías y con mayor longitud axial del ojo de lo normal) o de la degeneración macular asociada a la edad el individuo tiene un margen de acción relativo, en el de la diabetes es muy amplio.