Sueños de grandeza rotos

F. TRESPADERNE
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La historia reciente está salpicada de proyectos que ilusionaron a pueblos sumidos en el ostracismo y que años después son estrepitosos fracasos: el complejo termal de Llano de Bureba, Iberecuestre, el Parque Europeo de Caza o el de Ocio de Arlanzón

Unas balsas con el agua termal son el único vestigio que queda del gran complejo que se proyectaba en Llano de Bureba.

Dicen que la ilusión mueve montañas, pero lo cierto es que en muchas ocasiones se impone la cruda realidad y aparecen obstáculos insalvables que hacen fracasar iniciativas llamadas a cambiar el destino de cientos de personas ávidas de proyectos que pongan a sus pueblos, sumidos desde hace décadas en el olvido y sin un futuro en el horizonte, en el mapa del progreso y de las oportunidades relacionadas con el turismo y atractivas actividades en las que se proyectaban millonarias inversiones. 

Este es el caso de pueblos como Llano de Bureba, llamado hace casi veinte años a convertirse en el foco del turismo termal de la zona norte y pionero en la cría de rodaballos; de Peñaranda de Duero y la cría de caballos; Ciruelos de Cervera y otros pueblos de la zona implicados en un parque europeo de Caza; Arlanzón y su parque de ocio, Oña y su parque temático medieval en la finca de La Santé, el Comunero de Revenga donde se proyectaba otro parque de ocio y el más reciente de una estación de esquí en Pineda de la Sierra, iniciativa que todavía no está descartada totalmente, aunque sí paralizada.

El resto duermen en el limbo de los justos y allí seguirán porque los promotores, que en su día contaron con el apoyo de la Diputación y del por entonces presidente, Vicente Orden Vigara, renunciaron a unos proyectos que venían a cambiar la imagen de esos pueblos con grandes hoteles, viviendas y campos de golf, además de la creación de cientos de puestos de trabajo... la panacea para un mundo rural que agonizaba por la falta de iniciativas. 

Iberecuestre comenzó su andadura en Peñaranda y Baños de Valdearados, pero cuatro años después cerró por abandono de los animales.Iberecuestre comenzó su andadura en Peñaranda y Baños de Valdearados, pero cuatro años después cerró por abandono de los animales.

Todos nacieron al amparo del Plan Estratégico Provincial de la Diputación, que fiaba el futuro de la provincia al turismo, y al rebufo del ‘boom’ económico, muriendo en los despachos o con la llegada de la crisis económica. Solo en dos casos, en el de Iberecuestre en Peñaranda y Hontoria de Valdearados, y el de Llano de Bureba queda algún vestigio material de estos estrepitosos fracasos que siguen siendo objeto de mofa en algunos de ellos, como en la localidad burebana con las balsas de aguas termales que se hicieron para ‘vender’ las bondades de éstas y de un proyecto que contemplaba una inversión, y hablamos de hace 18 años, de nada más y nada menos que de 66 millones. Una cantidad que aportaría la compañía catalana Samalús Consultants, una empresa que gestionaba inversiones, entre otros, de famosos futbolistas hoy retirados (Guardiola, Gaizka Mendieta, etc.), con la que cambiaría la vida no solo de los vecinos de Llano y Quintanilla Cabe Rojas, localidades en cuyos terrenos se pretendía levantar este paraíso del turismo termal, si no de toda La Bureba gracias a sus 250 empleos.

La redacción inicial del proyecto termal, de la que se descartó la construcción de una piscifactoría de rodaballos, aunque el agua aseguraron era apta para este tipo de actividades, contemplaba la ejecución en dos fases. En la primera se incluía la construcción del centro termal y lúdico, un hotel con 80 habitaciones dobles y la posibilidad de ampliarlas hasta las 240, además de 250 casas, que funcionarían como apartotel y que constituirían un poblado. En la segunda fase, se contempla un campo de golf de 18 hoyos homologado, otro de práctica y un club house, además de un foro mundial del Camino de Santiago. En total, el complejo estaba previsto que ocupara unos 800.000 metros cuadrados y que fuera realidad en 2006, pero del mismo solo quedan unas balsas y el sentimiento de que se perdió, en buena parte por la compleja tramitación administrativa y por la crisis económica, un tren que ya no volverá a parar en esta estación.

Casi en paralelo a esta iniciativa en Llano arrancó en 2003 la de Iberecuestre en Peñaranda de Duero y Hontoria de Valdearados, no menos ambiciosa, con una inversión de 25 millones de euros de los que se llegaron a gastar 600.000 euros para la adquisición de yeguas y potros, y acondicionar fincas e instalaciones donde se criarían. El esquema de partida del proyecto ribereño era muy similar al del burebano: la construcción de un hotel con 200 plazas, un campo de golf de 18 hoyos, dos campos de fútbol y el desarrollo inmobiliario de la zona, además una escuela de equitación y clínica de inseminación llamada a ser la más importante de Europa. 

Cinco años después arrancar, en 2008, la Guardia Civil inspeccionaba las instalaciones de Iberecuestre y abría diligencias por un posible delito de maltrato animal al considerar que los 67 caballos del criadero estaban desnutridos y abandonados. Con esta denuncia murió otro de los proyectos estrella. 

Papel mojado. En el caso de otros proyectos no se movió ni una sola piedra y murieron en los despachos, como por ejemplo el conocido como Parque Europeo de la Caza, también auspiciado por la Diputación en 2002 e impulsado por la empresa cántabra Peña Cabarga Caza, que pretendía ocupar unas 40.000 hectáreas de Ciruelos de Cervera, Pinilla, Pineda, Santo Domingo de Silos, Barriosuso, Santibáñez del Val, Villalbilla y Tubilla del Lago, con una inversión que oscilaba entre los 24 y los 36 millones de euros para mejorar las infraestructuras, proyectando incluso la construcción de un helipuerto y la creación de 200 empleos directos y 400 indirectos. Los recelos de algunos ayuntamientos implicados y de muchos de los propietarios de los terrenos enterraron esta iniciativa hace trece años. 

Hace cinco años, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) tumbó definitivamente otro proyecto estrella de Orden Vigara, el conocido como Parque de Ocio de Arlanzón, una iniciativa que comenzó su andadura en 2004 y que antes de que los tribunales consideraran que no era de interés regional ya había sido descartado, debido a la crisis, por los promotores, la UTE Urbanizaciones Burgalesas. Se llegó a soñar con la construcción de 640 viviendas, un campo de golf y numerosos espacios de ocio y recreo en terrenos que cedieron los ayuntamientos de Arlanzón y Zalduendo. 

En esa época en la que los proyectos, en especial los de parques de ocios y temáticos, florecían por doquier también se habló de uno de interpretación del medievo en la finca de La Santé, y de otros en el Comunero de Revenga y en Las Merindades, iniciativas que tuvieron un corto recorrido y que no llegaron ni a plasmarse sobre el papel, como tampoco lo hicieron otros que se impulsaron desde los ayuntamientos, como por ejemplo el de un promotor que intentó, en 2005, rescatar el proyecto de Iberecuestre con un complejo de ocio en Hontoria de Valdearados y una inversión de 48 millones de euros, o el de un gran complejo hotelero en la localidad de Caleruega. 

El turismo, ese gran invento, de momento no se ha convertido en la gran industria de la provincia y la situación actual no invita ni tan siquiera a plantearse la posibilidad de ejecutar un proyecto de las características de los que en su día fracasaron y sumieron en la desilusión a muchas comarcas.