Pioneros en 'flag football' inclusivo

GADEA G. UBIERNA
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Burgos Corzos es el único equipo de España de esta variante de fútbol americano integrado en exclusiva por personas con discapacidad intelectual. Su objetivo, divulgarlo para que surjan más clubes como el suyo y poder competir

Los Burgos Corzos, que toman el nombre de una familia de esta especie que vive en Quintanadueñas, junto a su entrenador (con camiseta blanca). - Foto: Valdivielso

En el Burgos Corzos todos tienen un rol definido sobre el terreno: Ana y Gorka corren, Sicilia y Joaquín reciben y pasan el balón, Pedro es el center, Álex el quarterback... Como jugadores de flag football (o fútbol bandera, en castellano literal), su papel ha sido cuidadosamente escogido de acuerdo a sus cualidades, porque si algo distingue a esta variante del fútbol americano es la ausencia de contacto físico en el campo de juego y, sobre todo, la posibilidad de integrar en el mismo equipo a personas con condiciones físicas y edades muy distintas. Y también puede ser mixto. Todo ello ha sido determinante para que 15 usuarios del centro ocupacional de Quintanadueñas de Aspanias sean pioneros en España en este deporte: el Burgos Corzos es el único integrado en exclusiva por personas con discapacidad intelectual, al menos que se sepa. Pero su objetivo es que haya muchos más.

«Puede jugar cualquiera, porque es un deporte para pasarlo bien», explicaban ayer once de los quince integrantes, sobre la parcela del centro ocupacional en la que entrenan dos días a la semana; un terreno al que le falta césped -piden colaboración externa para poder adecuarlo un poco, dado que Aspanias todavía no puede afrontar ese gasto- pero que les ha servido para engancharse a un deporte que cada uno vive de una forma: Gorka nota que los días que juega está «más espabilado», Pedro fuma menos, a Diego le ayuda a conocer a sus compañeros de otra manera, a Ana le motiva a seguir aprendiendo...

«Lo bueno del flag es que es fácil en las reglas simples, pero tiene un techo muy alto porque es estratégico; hay que establecer jugadas y tácticas y eso es lo bueno, que nunca se acaba», cuenta el encargado de taller en Aspanias y a su vez entrenador de los Burgos Corzos, Samuel Arnaiz, subrayando que «también está genial para fomentar valores: a veces tienen movidas entre ellos y cuando llegan al campo, se acaba todo».

En el ‘flag football’ no hay contacto; se placa arrancando las cintas al rival.En el ‘flag football’ no hay contacto; se placa arrancando las cintas al rival. - Foto: Valdivielso

La idea de poner en práctica esta variante del fútbol americano surgió en plena pandemia, cuando Arnaiz daba vueltas a las posibilidades que había de poder hacer ejercicio de equipo al aire libre y sin contacto. Primero pensó en el rugby adaptado, pero se dio cuenta de que «el pase hacia atrás, el estar siempre detrás del balón era complicado. Yo veía que se adelantaban y, entonces, pensé en probar fútbol americano, en el que solamente se necesita un quarterback para lanzar mientras todos los demás van hacia delante. Y dimos en el clavo».

A continuación, llegó el momento de explicar en qué consiste el esta variante adaptada. Para empezar, que no hay contacto y, por tanto, tampoco faltas porque no se puede empujar o golpear al contrario. Y, después, como detallan con entusiasmo los Burgos Corzos, el juego consiste en coger el balón, el mismo que en fútbol americano, y hacer cuantos más puntos mejor (touchdown) sin que el equipo rival, todos de 5 personas, quite la cinta (flag) a quien lleva el balón. «Hay cuatro oportunidades para pasar de medio campo y otras cuatro para hacer touchdown y conseguir puntos. Son las mismas reglas que en el americano, pero con la diferencia de que, como no hay contacto, para placar se quitan las cintas», aclara Arnaiz.

Lo más difícil para los usuarios, de entre 27 y 42 años, fue aprender los pases. «Sí nos costó, pero yo puse idea y me dije: 'Esto me lo como'», apunta Gorka, con asentimiento generalizado del resto y añadiendo que también les ayudó ver partidos en vídeo.

Así que ahora que controlan el juego, les gustaría dar un paso más y tener con quien medirse. «Lo que queremos es que el deporte se vaya conociendo y poder ir de campeonato», subrayan los jugadores, mientras Samuel especifica que en Burgos apenas se juega a este tipo de fútbol, pero que en otras provincias -así como en Estados Unidos- está creciendo mucho. ¿Problema? Que todavía no ha calado en asociaciones como Aspanias o en otras de personas con discapacidad. «Por eso queremos darlo a conocer, con charlas, prácticas, exhibiciones... Si alguien quiere contactar con nosotros en nuestro mail (burgoscorzos@gmail.com), encantados», destaca el entrenador.

Para la exhibición en sus instalaciones necesitarían tener un campo de césped, pero, de momento, están contentos porque los han invitado a una jornada inclusiva en Madrid en diciembre. «El tema es que no podremos ir nosotros solos como equipo, porque al ser inclusivo, tiene que haber jugadores con y sin discapacidad», explican, mientras Samuel aclara que están recibiendo propuestas de otros clubes para que jueguen con ellos integrantes del Burgos Corzos. «La comunidad de este tipo de fútbol es pequeña y en cuanto hicimos un vídeo promocional y empezamos a moverlo por redes, nos han llamado», añade.

Esta jornada será el primer paso hacia el juego a otra escala, pero, como dicen los integrantes de este equipo que le debe el nombre a una familia de corzos que vive junto al centro ocupacional, sus aspiración es competir. Y no se ponen límites. «¿Te imaginas que nos acaba convocando la selección?», concluyen.