La cara de la desolación y la esperanza

ALMUDENA SANZ
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Chus Gutiérrez protagoniza el corto 'La hamburguesa que no pudo ser', dirigido por Rodrigo Cortés, con el que McDonald's anuncia su campaña solidaria con el campo quemado

La actriz burgalesa Chus Gutiérrez, durante la grabación del ‘spot’, que se realizó en el mes de julio en una casa rural de la Sierra de la Culebra de Zamora.

Del rostro de la desolación y la resignación en el primer plano al de la esperanza y la alegría en el último pasa la actriz burgalesa Chus Gutiérrez en el corto La hamburguesa que no pudo ser, dirigido por Rodrigo Cortés, con el que McDonald's anuncia su campaña solidaria con el campo calcinado por los incendios este verano. La compañía de comida rápida venderá a sus clientes durante las próximas tres semanas una caja vacía por un euro. Esta recaudación se sumará a una ayuda directa de 50.000 euros que recibirá la cooperativa castellano y leonesa Cobadu, con más de 11.000 socios y sede en Zamora, la provincia de la Comunidad más azotada. 

En la Sierra de la Culebra se grabó el pasado mes de julio este spot, de un minuto y medio. El filme se inicia con un plano general que ubica al espectador en una casa de pueblo, iluminada por la luz del amanecer y el alegre canto de los pájaros, hasta centrarse en el tintineo de una cuchara que se mueve en un vaso de café con leche. Suena el teléfono fijo. Esa mujer que ya lleva escrita la indolencia en su cara se dirige al interior. Cruza el zaguán y descuelga. 'Hola', 'Sí, soy yo', 'Cómo', 'Cómo que comprarla. No, eso es imposible', 'Bueno, porque no tenemos cosecha, no sé si ha visto las noticias, ha salido en todos los lados, nos hemos quedado sin nada', se la oye hablar con su interlocutor. Mientras, en el sillón, con la misma apatía, su marido (Félix Granado), cada vez más expectante. 'En serio', 'Sí, sí', 'Gracias, gracias', se despide la mujer, se lleva las manos a la boca, se ríe, solloza y se abraza a su esposo. 

La oportunidad, cuenta la intérprete, surgió a través de su representante en Madrid. Le habló de esta prueba, la mandó y la varita mágica la tocó. «Fue muy rapidito». Se desplazó un día a Madrid a probar vestuario y dos después para tierras zamoranas. El rodaje también fue un visto y no visto. Hicieron noche. A las seis de la mañana, maquillaje y grabación en los albores del día. Por la tarde ya habían terminado, con comida de todo el equipo incluida. 

La gran sorpresa, exclama, fue encontrarse allí con Rodrigo Cortés (El amor en su lugar, Enterrado, Luces Rojas...). «Como no sabía que iba a estar él, un señor que ha trabajado con Robert de Niro y Uma Thurman, no me puse nerviosa. Rodar con él para mí ha sido un premio», anota divertida la mitad de Las Pituister y observa que, aunque sí había hecho publicidad antes (cupón de la ONCE de Navidad), sí sintió que en esta ocasión todo destilaba una factura más de cine. Alucinada se quedó con el despliegue técnico. 

«Yo me encuentro más en mi salsa cuando es un tipo de publicidad con una carga de interpretación, como en este caso. El resto de anuncios son más visuales, más de impacto», declara. 

El resultado le ha gustado. «Es muy sencillo, pero no necesita más de lo que hay», resalta y reconoce que ya no se asusta cuando se ve en la gran o pequeña pantalla. La edad y la experiencia. Tiene episodios en series como Servir y Proteger, Hospital Central o Lobos y entre sus proyectos más inmediatos está la película El maestro que prometió el mar, sobre Antonio Benaiges.