La hostelería 'salva' los menús pero asume pérdidas

B.G.R.
-

La patronal se muestra «muy preocupada» por la falta de género, sobre todo producto fresco, y por el elevado aumento de los precios

La restauración confía en que vuelva cuanto antes la normalidad a sus despensas y almacenes. - Foto: Patricia

La escasez de algunos productos alimentarios por la huelga del transporte se deja notar en los supermercados, pero también en la hostelería. Por el momento, los empresarios del sector están 'salvando' sus menús, realizando obligadas variaciones por la falta de productos frescos, sobre todo pescados, y echando mano del estocaje de los almacenes de sus proveedores. Sin embargo, la preocupación es clara, tal y como subraya la patronal, sobre todo si la situación se alarga, ya que va acompañada de un fortísimo incremento de los precios que no siempre se pueden repercutir en la clientela.

El presidente de la Federación de Hostelería, Fernando de la Varga, asegura que esta semana  las grandes distribuidoras «han tirado de stock», aunque «no ha entrado nueva mercadería». Extiende esta circunstancia no solo a la alimentación, sino también a las bebidas, temiendo un desabastecimiento. «Sería lamentable que después de todo lo que ha pasado el sector debido a la pandemia haya empresarios que tengan que cerrar de forma temporal por no tener género»,  subraya, poniendo el foco en un subsector que podría verse especialmente perjudicado como es la restauración más orientada a eventos como bodas o comuniones.

En este caso, considera que se trata de celebraciones reservadas con mucha antelación y con un precio cerrado, con lo que resulta muy complicado repercutir esa subida de los costes, incluyendo también los de la luz y el gas. A este mismo hecho se refiere Francisco Salas, del Grupo Rice. «No se puede llamar a estos clientes y decirles que el menú cuesta 50 euros más», señala, al tiempo que añade que esto supone «asumir pérdidas».

Salas sitúa el crecimiento de los precios en torno al 40 o 50% desde que comenzaron las movilizaciones en el transporte y asegura que durante esta semana la actividad se ha ido desarrollando debido a que «tenemos almacenaje». «De momento estamos funcionando bien», señala en referencia a la afluencia de clientes, a los que reconoce que se han visto obligados a avisar con anterioridad para cambiar ciertos platos. No obstante, puntualiza que, a pesar de que «nosotros no nos podemos quejar, llegará un momento en que la situación se dará la vuelta».

En esa preocupación de cara a un futuro demasiado cercano se detiene Alicia García, de La Favorita: «Si no se soluciona la situación, la próxima semana empezaremos a tener problemas». En su caso, la oferta de su restaurante no se sustenta en un menú cerrado, sino en productos de temporada que van variando, la mayoría de los cuales ha podido mantener porque «trabajamos con proveedores de siempre que han sido previsores».

Esta incertidumbre es compartida en el sector. Ricardo Temiño, de La Fábrica, destaca principalmente que «hay poco pescado y muy caro», con piezas contadas de  besugos, san pedro o rapes. Esto supone que los empresarios tienen que realizar un doble esfuerzo de organización en sus establecimientos, viéndose obligados a repercutir ese alza de costes en los precios porque es «insostenible». «Esperemos que esto se solucione rápido porque no sabemos cuánto vamos a aguantar», concluye.