La Federación de Hostelería esperaba desde hace meses avances en la negociación del convenio de colaboración con el Ayuntamiento, correspondiente a este ejercicio, para la realización de eventos que incentiven al sector y dinamicen la ciudad. La aprobación de la liquidación del anterior por parte de la Gerencia Municipal de Cultura y Turismo impedía abordar el nuevo, una situación que ayer se desbloqueó con el visto bueno de la cuenta justificativa del acuerdo, cuyo importe era de 50.000 euros.
A partir de ahora se deja vía libre para la firma de la colaboración de este año, cuyo montante se había fijado inicialmente en 100.000 euros. La intención de la patronal pasa por salvar la «máxima cuantía», según explicó su presidente, Fernando de la Varga, quien aseguró que la propuesta de actividades objeto de financiación ya se ha presentado a la Gerencia. Esta pasa por una nueva edición del Festival del Desayuno y de la Ruta del Vermú, dos eventos prioritarios por la respuesta que tuvo el público el año pasado, además de organizar cenas teatralizadas y amenizadas con música en torno a una temática que todavía está por definir.
De la Varga manifestó que las fechas de estas citas gastronómicas no están cerradas, algo que se producirá cuando se haga efectiva la rúbrica del convenio. Por el momento, no hay fecha, tal y como señaló la concejala de Turismo, Rosario Pérez Pardo, a la espera de recibir el visto bueno de Intervención que permita llevarlo al Consejo de Administración y aprobarlo, ni tampoco se conoce la cuantía final a la que ascenderá, ya que el tiempo avanza y la Federación tiene que asegurarse poder justificar las actividades antes del 31 diciembre.
Pérez Pardo atribuye a la entidad el retraso en la liquidación del anterior acuerdo y, por tanto, en la firma del nuevo, «cuyos últimos papeles se presentaron el miércoles». «Lo habían justificado mal y se les ha requerido varias veces la presentación de documentación», subrayó. De la Varga no opina lo mismo y afirmó que la Federación «ha presentado todo en forma y tiempo», atribuyendo la tardanza al «ritmo burocrático» del Ayuntamiento (...).
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