«A Taiwán le falta mucho para estar lista ante una invasión»

H. JIMÉNEZ
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La burgalesa Alicia García Herrero, residente en Taipéi, relata en primera persona cómo ha vivido las maniobras militares de China que han mantenido a la isla aislada durante unos días y las consecuencias económicas de la tensión con EEUU

Alicia García Herrero es economista especializada en los mercados asiáticos. - Foto: DB

Por si el mundo no tuviera ya suficientes tensiones con la crisis económica de la que no se ha recuperado tras la pandemia y con la invasión de Rusia a Ucrania, la reciente visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos a Taiwán ha sumado una nueva fuente de potencial conflicto.

A caballo entre Hong Kong y la isla de Formosa vive Alicia García Herrero, una burgalesa que trabaja como responsable para la zona de Asia de un banco de inversiones francés. Es experta, por tanto, en cuestiones económicas, pero también en las complejísimas redes de las relaciones internacionales entre las potencias del Pacífico.

García Herrero llevaba tiempo alertando de que Taiwán podía ser el siguiente foto de tensiones. En el mes de junio, cuando participó en una conferencia en Burgos sobre el conflicto con Ucrania, ya decía que su caso era «muy diferente» al de Europa del este, pero advertía de que «los intereses del mundo en Taiwán son más fuertes que los de Ucrania, porque además disponen de una capacidad militar mayor». En los últimos días todos hemos visto el alarde guerrero chino tras el fugaz paso de Nancy Pelosi.

Ahora, en conversación con este periódico desde Taipéi, cuenta en primera persona cómo vive la población de la isla los sucesos de las últimas semanas: «La situación en el día a día es normal, la gente no muestra su preocupación, eso entre comillas es de mal gusto porque la idea general es que aquí no pasa nada y que Taiwán está muy protegido».

Las noticias locales muestran los ejercicios militares. N los obvian, pero «siempre dicen que están preparados. Esto es un poco preocupante porque creo que a Taiwán le falta mucho para estar preparado para una invasión, con la gran duda de lo que hagan los Estados Unidos», apunta.

La tirantez con la República Popular China no es nueva, ni mucho menos. «Es cierto que llevan así décadas y que nunca ha pasado nada más allá de crisis contenidas, así que es comprensible que tengan esta actitud tan estoica», reflexiona la burgalesa. Sin embargo, «esta escalada es diferente a las anteriores», pues a su juicio «China no va a bajar la guardia porque es una oportunidad de oro. Tienen ante sí a un gobierno americano débil, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, probablemente no gane las elecciones de mitad de mandato y el presidente chino, Xi Jinping, tiene que demostrar su fuerza».
En cualquier caso, García Herrero no se imagina una invasión con total despliegue de la fuerza militar «sino más bien un semibloqueo o un bloque de facto, que haga más difícil la entrada y salida de mercancías».

Impacto económico. ¿Y qué consecuencias tendrá todo en la economía? «Habrá implicaciones prácticas porque obviamente esto empuja al alza los precios de los semiconductores y genera escasez», explica.Puede que no sea una situación muy grave, que se vea sometida a constantes altibajos y que nunca llegue a explotar por completo, «pero sí que será otro empujoncito a las presiones inflacionistas globales». Por si fueran pocas las que sufre ya todo el mundo occidental, tal y como estamos experimentando en España en primera persona.

Cuando se habla de Taiwán se menciona siempre a renglón seguido su importancia en la fabricación de semiconductores, esos chips claves para el funcionamiento de infinidad de maquinarias y tecnologías. «Se pone en riesgo el suministro de componentes, en concreto la empresa TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company), que es la más grande del mundo, produce algunos semiconductores que no tienen sustituto. Ni siquiera Samsumg los puede producir, son muy pequeños y esto hace que cualquier tipo de bloqueo, aunque no sea total, genere tensiones en todos los mercados asociados como vehículos eléctricos, el internet de las cosas y todos los productos electrónicos», concluye García Herrero.

Como en tantas crisis internacionales anteriores, solo queda esperar acontecimientos, y la economista burgalesa los vivirá en primera persona, a caballo entre el gigante chino y dos territorios largamente reclamados por el régimen de Pekín que mantienen una particular idiosincrasia.

Casi 80 millones en importaciones y 68 en exportación. La relación económica de la provincia de Burgos con Taiwán supone una mínima parte del comercio exterior de las empresas locales, aunque hablamos en cualquier caso de cantidades millonarias.

Durante el año 2021, según datos del Ministerio de Industria, Burgos exportó productos por valor de 68 millones de euros (el dato global superó los 64.000), fundamentalmente de la industria farmacéutica. Por el contrario, importó una cantidad equivalente a los 79 millones, que vino fundamentalmente del epígrafe de «calmados de aluminio y chapa» en el sector del hierro y acero.