Las familias que piden alimentos descienden un 70% en 4 años

Ó.C
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En 2014 se tocó el techo con 562 hogares receptores de esta ayuda. Los datos de Cruz Roja en 2018 sitúan esta cifra en las 173 y en el primer trimestre de 2019 la tendencia sigue bajando

Las familias que piden alimentos descienden un 70% en 4 años - Foto: Ruth Laguna

Es un termómetro que por momentos, en lo peor de la crisis económica de los últimos años, llegó a mostrar temperaturas preocupantes. Con los datos sobre la mesa, el peor registro se sufrió en 2014, cuando Cruz Roja contabilizó en la ciudad 562 familias que dependían de sus alimentos para poder comer. Una cifra que superaba con creces los 2.000 vecinos necesitados y que en estos momentos es mucho más baja. Tal y como se explica desde la ONG, en 2018 el dato se quedó en las 173 familias lo que se traduce en un descenso en cuatro años del 70%. De esta manera, su proyecto de lucha contra la pobreza y la exclusión social atendió directamente el pasado año a 471 personas. 

Por parte de la trabajadora social responsable de este programa en la ciudad, Lara Corcuera, se indican varios factores para justificar este descenso, pero además, se resalta que con los datos del primer trimestre de 2019 se observa que la tendencia de descenso se mantiene en la ciudad. «De enero a marzo más de 250 personas, unas 110 familias, han recibido alimentos», resalta, mientras explica que en estos momentos el funcionamiento de las entidades que luchan contra la exclusión social, como Cáritas o la propia administración local a través de Servicios Sociales, trabajan mejor y de una manera más coordinada, por lo que «se ha ido logrando que estas personas se incorporen en el ámbito laboral».

Este es el gran objetivo, puesto que la intención siempre es que las personas consigan los recursos por sí mismos, pero también señala que si ellos aprendieron de la crisis económica, las administraciones también tuvieron que aplicarse y por eso «se han ido articulando una serie de ayudas o prestaciones a las que las familias con dificultades económicas han podido ir accediendo», recuerda Corcuera.

En este sentido, se indica que en el momento en el que llega una familia para pedir alimentos al programa, se realiza en primer lugar una entrevista para entender los motivos que le han llevado a esa situación, dando «una respuesta adecuada a su situación y que favorezca el cambio», y por eso «se proporciona información, se proporciona el recurso correspondiente que disponemos en Cruz Roja o se deriva a otros que se consideren adecuados».

Al margen de los motivos que han podido justificar este acusado descenso, y sin contar otros factores como la pérdida de población que se ha experimentado en este mismo periodo en la ciudad, Corcuera resalta que otro de los cambios que se han sentido, es que las personas que llaman a la puerta de Cruz Roja tienen un perfil diferente respecto al que predominaba en los peores años de la crisis económica. 

«Los usuarios que atendemos presentan una problemática más puntual aunque en ocasiones más urgente», repara Corcuera, puesto que se observan casos en los que hay personas que agotan su prestación pensando que van a encontrar pronto un trabajo y no es así, o también que «se encuentran en proceso de tramitación de diferentes prestaciones».

En el proyecto se incluye el programa de alimentos y los bonos de cincuenta euros para productos de primera necesidad, que en 2018 fueron 142, lo que supuso 7.100 euros. Además se complementa con formación y claves para acceder al mercado laboral y todo esto se financia en un parte, gracias al convenio suscrito entre el Ayuntamiento y Cruz Roja por el que la entidad recibió 28.632 euros en 2018.