El pasado 2 de septiembre se instalaron 16 placas en el tejado del unifamiliar de Juan José Ortiz, así como todas las conexiones y equipamientos oportunos de una instalación fotovoltaica de autoconsumo de 7 kilovatios de potencia. El 29 de septiembre recibió todos los certificados técnicos por parte de la empresa instaladora, documentación que fue remitida a su vez a la Junta. El 11 de enero todavía seguía a la espera de la comunicación de la homologación de la instalación por parte la Junta de Castilla y León.

En los últimos cuatro meses, Saiz no ha podido compensar ni un solo de los kilovatios excedentarios que generan sus placas, algo que puede comprobar al instante a través de una aplicación móvil. «En lo que llevamos de enero he volcado a la red 177 kilovatios, casi el doble de lo que hemos consumido en casa», explica este usuario. Si todos los papeles estuviesen en regla, el sobrante ya lo estaría acumulando en una batería virtual, para su uso en las horas bajas de sol, por la noche o durante los días nublados.

Las placas le han supuesto una inversión de 9.500 euros. Su colocación la ha vinculado a un coche eléctrico que acaba de adquirir y que espera recibir en las próximas semanas. 

«Te lanzas a este tipo de proyectos por convicción ecológica, porque el gasoleo está por las nubes y por optimizar un vehículo que necesito para trabajar y moverme». Juan José no contaba con que iba a tener que armarse de mucha paciencia, como tantos cientos como él.