En el mejor sitio y entre amigos

B.A.
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Los salenses no entenderían el verano sin sus piscinas, en las que se puede ir a la biblioteca o de fiesta hasta la 2 de la mañana

En el mejor sitio y entre amigos - Foto: F2 Estudio

No hay mejor sitio para disfrutar del verano. Al menos para los salenses, que cuentan con unas piscinas municipales abiertas durante 3 meses, desde el 15 de junio al 15 de septiembre. Pero no solo de ofrecer un buen chapuzón en sus tres piscinas viven estas instalaciones, tienen cursos de natación, bar-restaurante, pista de tenis, de futbito y hasta biblioteca. Sí, biblioteca. Titi García se encarga de acercar a los bañistas libros, cómics y revistas, todo por seguir fomentando la lectura en verano. «También organizo talleres creativos y en alguna ocasión cuentacuentos», señala la bibliotecaria.

La instalación de Salas tiene ahora un ambiente más juvenil, como reconocen algunos de sus usuarios. Al frente de ella está Javier Cámara, de 22 años, casi ingeniero, músico y emprendedor. «Estuve trabajando dos años aquí  y cuando quedaron libres en 2021 me animaron a cogerlas». Este año, además, también regenta un pub en la Plaza Mayor. «Aprendes de todo, cosas que no te enseñan en la Universidad ni en ningún otro sitio». Y es que a Javier no se le pone nada por delante y metido en cocina prepara unas paellas que suponen un aliciente más. Como también lo son las pool party, que organiza con unas horas de antelación haciendo una encuesta en las redes sociales. En ellas hay baño controlado hasta las 2 de la mañana, con música e iluminación, «y muy buen rollo». 

Cuando tiene algún rato busca a sus amigos entre el césped y se acerca a charlar con ellos. En el grupo está Carmen Camarero, de Burgos, pero con lazos familiares en Salas. Sin quitar los ojos a sus primos más pequeños cuenta que se saca el bono porque viene cada día. «No importa que suba sola, siempre hay alguien con quien sentarse. Es el lugar de reunión donde está toda la gente joven. Otras  veces  subo con la familia y comemos aquí».

La familia de Javier también es un soporte importante para él. «Mi madre me ayuda con las entradas y los bonos y a veces en la cocina, mi padre arregla todo lo que se rompe y se encarga del césped y mi hermano me echa una mano como camarero». También detrás de la barra está Nuria Cámara, prima de Javier, para la que es su primer trabajo. «Me gusta, además, como la gente viene a relajarse a la piscina no te agobia a la hora de pedir». Sus clientes favoritos, los más pequeños. «Me hace mucha gracia que me pregunten: ¿Para qué me llega con un euro?» .

Entre los asiduos de cada día, tres amigas. Marisa, Petri y Espe. «Es la diversión que tenemos durante el verano. Vivir en un pueblo es un lujo y tener unas piscinas así también», cuentan las amigas, que alargan la jornada hasta las 10 de la noche o más. «El otro día cenamos y nos dieron las 12». Fruta que comparten (cada día la lleva una) y charlas entre pipas y cervezas para disfrutar de los rayos del sol son su ritual de las tardes de verano.

Hay quien prefiere ir a las piscinas solo a tomar algo, a socializar o a jugar al tenis. Mientras pelotean como calentamiento, Jesús Heras y Fernando Molinero cuentan como los partidos de tenis en ellas son un clásico de su verano. «Llevamos jugando aquí toda la vida, desde que se inauguraron», cuenta el primero de ellos. Y vigilando a todos está Juan de Leonardo, amigo de Javier y natural de Hontoria. Es su segundo año en Salas, donde cuenta que ha hecho cuadrilla, y donde ofrecen un amplio horario de baño de 10.30 a 21 horas, aunque el bar y las instalaciones están abiertas hasta que se marcha el último. Y es que no hay mejor sitio para pasar el verano.