El Niño llegó a Huerta de Rey hace una década y lo hizo con 78 millones bajo el brazo. Cambió muchas vidas, especialmente las de los más jóvenes, y aún se puede comprobar todo lo que trajo. La mayoría optó por construir y reformar casas o por comprarse coches nuevos, pero también hubo quien apostó por una vida en el pueblo arrancando su propio negocio con esa lluvia de dinero que dejó el 71.208.
La lotería llamaba en aquella ocasión por tercera vez a la puerta de la localidad. Ya se habían repartido anteriormente otros dos premios, aunque ninguno tan importante. La suerte parecía circular por la zona y allí mismo paró el Gordo del Niño de 2012. Y por si la fortuna sigue de paseo por sus calles, desde los establecimientos reconocen que aún existe una «fiebre» por adquirir décimos allí y «vuelan» en cuanto se ponen a la venta.
(El reportaje completo y varios testimonios, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)