Dr. Explosion, Chucho, Mercromina

R.C.L.
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Los artistas del primer cartel de Sonorama regresan a Aranda después de 26 años. Vuelven con más ganas que nunca de hacer del escenario una fiesta.

Chucho, Mercromina y Doctor Explosion, actuando en el Sonorama.

Puertas abiertas. Verano. 25 de julio de 1998. Las 20:30 horas.  Tres grupos de música visualizan desde la lejanía la entrada de su público. No llegan a las 300 personas. Cualquiera podría pensar que es un concierto entre amigos y no se equivocaría. Pero lo que nadie sabe es que en la plaza de toros de Aranda está aconteciendo el inicio de algo enorme: el primer Sonorama. La edición inaugural de uno de los festivales más emblemáticos del país. Chucho, Doctor Explosión y Mercromina ponen voz a un proyecto que nace por iniciativa propia de un par de jóvenes que despachan una humilde tienda de discos.

Han pasado 26 años desde entonces. Dos reyes, cuatro presidentes del Gobierno, seis Juegos Olímpicos, tres papas... Y 25 ediciones de Sonorama Ribera después, estos tres grupos regresan a la tierra del lechazo y el vino a reventar los escenarios. Como ya hicieron en 1998. Las únicas cosas que han cambiado son las hojas del calendario y que el festival acoge 500 veces más público. Sin embargo, ahí siguen, al pie del cañón.

El primero de aquel cartel era Doctor Explosión, una banda de 'garage punk' nacida en 1989. Los astures llegaron a Aranda con sus representativas ganas de romper el escenario. A pesar de no recordar demasiado sobre aquel día, hay detalles que no olvidan con el paso de los años. «Siempre me acordaré de los cangrejos de río que nos llevaron a comer. Estaban brutales». Precisamente ese manjar fue el factor diferencial para recordar al festival como una experiencia entrañable. «Del concierto recuerdo realmente poco, era un ambiente muy familiar pero pasional», explica. 

Ahora, después de casi una decena de álbumes y más de 700 conciertos, vuelven por primera vez a Sonorama Ribera desde aquel 25 de julio. «Cuando Javi nos lo comentó, no quisimos desaprovechar la oportunidad de promocionar el nuevo trabajo que sale después de verano», rememora. Además, tal y como el propio Jorge reconoce, «vuelven con las pilas cargadas y enriquecidas por sus experiencias dentro y fuera del continente».

Doctor Explosión vive una segunda juventud, en la que su esencia se mantiene intacta: hacer de sus conciertos, una fiesta. Todo ello se ve reflejado en sus ganas por crear música. El álbum Superioridad Moral ya provoca el ansia de sus fanáticos. Once años después de su último disco y de dos giras por Latinoamérica en 2018 y 2019, el grupo gijonés ya ha ofrecido sus dos primeros singles en adelanto: Insatisfacción y Vestir de Mujer.

El segundo de la lista era Chucho. Una de las bifurcaciones producidas por la disolución de Surfin' Bichos. El grupo formado en 1996, estrenó el Sonorama Ribera con la misma ilusión con la que ahora regresan. «Era un festival muy incipiente. Hasta el momento lo más parecido a proyectos así, eran fiestas patronales o similares», comenta Fernando Alfaro, voz de Chucho. Para el grupo era todo un privilegio esta iniciativa, ya que además de ser «un cartel de mucha calidad», suponía «una apuesta en firme por la música nacional».

Fernando recuerda con orgullo y nostalgia aquel momento. Ahora, tras visitar dos veces en solitario el festival, Chucho regresa como grupo 26 años después. «Regresar después de tanto tiempo es algo que nos encanta. Es una idea simpática volvernos a juntar a los tres», confiesa. 

Actualmente, Chucho está en plena promoción de su nuevo álbum: Corazón Roto y Brillante. Tras un parón en 2005, el grupo lleva trabajando duro desde 2013. Además, Sonorama será una buena excusa para reunirse de nuevo con sus viejos amigos de Mercromina. «Encontrarnos allí va a ser muy especial por los momentos vividos juntos», subraya.

La cadena de conciertos la cerraba precisamente Mercromina. La otra parte de la disolución de Surfin' Bichos. El grupo albaceteño apenas tenía tres años, suficientes para haber publicado dos discos por entonces. Su estilo indie pop aterrizó en Aranda sin saber que sería el principio de una historia que marcaría algunos de los momentos más icónicos de la trayectoria de la banda. «Recuerdo aquel día porque fue como una fiesta con amigos», comenta Joaquín Pascual, voz, guitarra y teclados de Mercromina.

A raíz de aquella primera vez, los manchegos comenzaron a ser asiduos en el festival. «Javi siempre ha contado con nosotros para que Sonorama forme parte de las giras de los nuevos discos», declara. El camino de Mercromina experimentó un parón en 2005. Y como no, aquel último concierto tuvo lugar en Aranda de Duero. Un motivo más para que la localidad ribereña tuviera un rincón especial en sus corazones. Para ellos, fue una mezcla de «emotividad» y «dramatismo». Aquel espectáculo marcaría un final, que quedaría en un punto y seguido en 2014, año en el que retomaron la actividad y cuya gira de reunión también visitó el Sonorama Ribera.

A día de hoy, Mercromina no es grupo asiduo en festivales. La diversidad de proyectos individuales de los integrantes les ha llevado a tomar caminos diferentes. Sin embargo, este regreso a un lugar tan especial para ellos, es una buena excusa para rememorar sus grandes temas. «El Sonorama es una buena forma de juntarnos, aunque sea una excepción. Volver a viajar todos juntos es un regalo», declara con orgullo. A pesar de esta inactividad, el grupo mantiene intacta su adrenalina a la hora de ensayar. «La chispa sonora que hacemos, solo podemos hacerla juntos», confiesa.

Energías renovadas. Los tres grupos vuelven hoy a Aranda. Un regreso esperado a las primeras raíces del festival. De una plaza de toros que regalaba entradas, a limitar los espacios para evitar exceso de aforo. Un cambio, que, sin embargo, no ha afectado absolutamente nada a la esencia personal de aquellos tres protagonistas. Las ganas de hacer música, el ansia por extraer esa dosis de adrenalina en su público, el «una más y nos vamos»... Todo sigue intacto.

«Seguimos siendo los mismos», afirma Joaquín, de Mercromina. Desde una perspectiva generalizada, no cabe duda de que las ganas por 'partir' el escenario están a flor de piel. «Si nos dicen hace 25 años que íbamos a estar aquí después de una gira por Latinoamérica, que en pleno 2022 sacaríamos un LP y que mantendríamos esta ilusión por la música, no me lo creería», reconoce Jorge, de Doctor Explosión.

Este regreso supone mucho más que otro concierto en la agenda de verano. Para unos es una excusa para juntarse, otros volverán por primera vez a Aranda, y para algunos, una forma de llevar sus nuevos trabajos a los grandes festivales... Pero todos coinciden en el reencuentro con su yo del pasado. Regresar a un festival pionero en apostar por artistas nacionales. Por músicos jóvenes, valientes, talentosos y de la casa. Por eso siempre es importante recordar que «las buenas raíces nunca mueren».