El botellón se muda del río a las verbenas

F.L.D.
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Por primera vez no ha habido masificación de jóvenes en las riberas del Arlanzón y el dispositivo policial se ha centrado en evitar los incidentes en los eventos musicales

Bebidas requisadas por la Policía Local el viernes, en la verbena de Fuentecillas. - Foto: Policía de Burgos

En los Sampedros prepandémicos, las riberas de los ríos amanecían cada día repletas de bolsas de basura y deshechos del botellón de la noche anterior. Los jóvenes se juntaban en el entorno del MEH y el jardín botánico de La Quinta para echar unos tragos y ver los fuegos artificiales. Cada año, en el número 1 de la Plaza Mayor surgía el mismo debate: ¿cómo evitar que esto suceda? La Policía Local siempre advertía de que terminar con esta práctica era una quimera, que el objetivo era minimizar problemas y controlarlo en la medida de lo posible. En esta edición de las fiestas, y tras ver cómo el ocio nocturno había cambiado en los últimos meses, la Junta Local de Seguridad acordó uno de los mayores operativos que se recuerdan. En la última semana se ha conseguido eliminar el botellón de este emplazamiento, aunque se ha trasladado a otros lugares, principalmente las verbenas.

Había una cuestión que ya en 2019 preocupó bastante. La Policía Local puso el foco en las riberas del Arlanzón, principalmente para que no hubiera menores consumiendo alcohol. El problema es que los adolescentes se fueron hacia La Quinta, a la altura del puente de la BU-11, y allí se acumularon los incidentes. Hubo denuncias de conductores que veían cómo los chavales cruzaban de un lado a otro de la calzada e incluso se recibieron avisos por lanzamiento de botellas y vasos a los coches. Así pues, requisar el alcohol a los que tuvieran menos de 18 años era, en estos Sampedros, el primer objetivo. A lo largo de esta semana las patrullas han incautado cerca de 1.400 litros -400 solo el viernes noche- y han multado a más de una decena de personas, entre ellas dos mayores de edad que facilitaron la entrega de bebidas a la entrada de un supermercado. 

Puede que el hecho de que las actividades, sobre todo los eventos musicales, estuvieran más repartidos por la ciudad o como consecuencia de la vigilancia policial, lo cierto es que los problemas que otros años se acumulaban en el entorno del Paseo de Atapuerca han desaparecido.

Eso sí, se han mudado a otros lugares. El cuerpo municipal ha tenido que extremar el control en las verbenas, convertidas en epicentro del ocio de los jóvenes. Los agentes han intentado conformar perímetros para evitar la entrada de botellas de vidrio. Básicamente porque durante los primeros días hubo algún que otro problema con el lanzamiento de objetos a las bandas.

Una de las verbenas más multitudinarias de estos días fue la del  viernes en el barrio de San Pedro de la Fuente. Allí se congregaron más de 4.000 personas, lo que obligó a la Policía Local ha realizar un amplio dispositivo, con apoyo a la seguridad privada, para evitar incidentes. Hubo algún que otro lanzamiento, principalmente vasos de plástico, que no generaron daños personales. De camino al centro, las patrullas realizaron una labor de 'pastoreo' para que no se produjeran actos vandálicos como los de noches anteriores. No hay que olvidar que el primer fin de semana de Sampedros detuvieron a dos jóvenes que se habían dedicado a reventar una veintena de retrovisores de vehículos aparcados en la avenida de Castilla y León.

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