Hallan al joven que se marchó del centro Reto de Villayerno

I.E.
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Eduardo Cinta está ya en las instalaciones donde llegó para desintoxicarse hace 2 años. Su familia denunció su ausencia e hizo un llamamiento en las redes

El desaparecido Eduardo Cinta Pardal. - Foto: DB

Después de dos semanas de preocupación e incertidumbre, la Policía Local halló ayer en perfecto estado a Eduardo Cinta Pardal, un joven madrileño que se marchó sin dejar rastro el pasado día 8 del centro Reto a la Esperanza de Villayerno Morquillas. Fue encontrado a las afueras de Burgos y en las tareas de localización colaboraron compañeros de la citada entidad.

La familia, residente en Madrid, denunció su desaparición ante la Guardia Civil de Collado Villalba al no tener noticias de su hijo. A pesar de que su teléfono móvil tenía batería y daba señal, no contestaba ni a las llamadas ni a los mensajes de Whatsapps, por lo que sus padres ignoraban lo que le ha podido suceder. Rafael, el progenitor, lanzó un mensaje de socorro a través de las redes sociales para tratar de dar con Eduardo, que llegó al centro Reto hace dos años para someterse a un tratamiento de desintoxicación, ya que es adicto a las drogas. En todo caso, en los últimos meses la relación del joven, de 33 años, con sus padres había sido buena y con contacto frecuente. 

La última comunicación que habían mantenido con su hijo tuvo lugar el día 6 y en ese momento les informó de que se estaba planteando dejar el centro burgalés, «buscar trabajo e incluso un piso». Rafael le contestó que antes de tomar cualquier decisión hablara con la dirección para pedir consejo.

En esa misma conversación quedaron en que el joven viajaría a Collado Villalba el día 13 de octubre con una furgoneta para recoger unos enseres de un trastero que posee la familia en la localidad madrileña y llevarlos a Burgos, pero no se presentó. Ya les había extrañado que no se pusiera en contacto con ellos con anterioridad, pues a su padre le había operado de una lesión en una mano. El caso es que la familia telefoneó a Reto y les informaron de que Eduardo había abandonado las instalaciones en la tarde del 8 de octubre, con una maleta y acompañado por el director.

Desde ese momento la inquietud se apoderó de la familia, tanto por el hecho de que «hubiera podido volver a las drogas» como que «le hubiera podido pasar algo». Es verdad que su móvil estaba activado y con batería, «lo que pasa es que no respondía». Al ser mayor de edad, la posibilidad de que desaparición fuese voluntaria estaba presente -eso no lo niega la familia-, aunque no por ello la preocupación aumentaba a medida que transcurría el tiempo sin noticias.

Desde la dirección del centro Reto no supieron darles información de su paradero, solo les comentaron que «se fue tranquilo y que la relación con el personal y el resto de usuarios era normal, buena». De hecho, sus compañeros han participado en la búsqueda de Eduardo, que está ya en las instalaciones.