Alcohólicos Anónimos advierte del alza del consumo en jóvenes

GADEA G. UBIERNA
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El grupo de la capital, Libertad, ya cuenta con usuarios de menos de 40 años. Lleva casi cuatro décadas en activo y sus integrantes insisten: para acudir a las reuniones, basta con querer dejar la bebida

El grupo Libertad celebra reuniones cerradas y abiertas, además de atender a la persona alcohólica en el teléfono 646 789 550 las 24 horas. - Foto: Alberto Rodrigo

Cuatro menores de 40 años se han incorporado en los últimos meses a las reuniones periódicas del grupo de Alcohólicos Anónimos de la capital, Libertad, que lleva cuatro décadas en activo y cada vez recibe más llamadas de personas con edades que, hasta ahora, eran infrecuentes en el colectivo, que también está detectando más peticiones de ayuda de mujeres. Pero, en este caso, puntualizan que «alcohólicas ha habido siempre, lo que pasa es que antes les costaba contarlo; era un tema más de puertas para adentro de casa».

Para el creciente número de llamadas por casos de alcoholismo en edades tempranas no hay una explicación concreta. Por una parte, los usuarios de Libertad aducen a lo normalizado del consumo en España, donde apenas se concibe una celebración sin vino, cerveza y/o chupitos en la mesa, pero también al impacto que ha tenido la pandemia. «Antes, uno podía llegar tocado a casa, pero su familia nunca sabía con certeza cuánto bebía. El confinamiento y las dificultades posteriores para consumir en interiores obligaron a beber en casa y, entonces, el alcoholismo ya era imposible de ocultar a los familiares más cercanos, que son los que suelen llamar», explican en el grupo burgalés, donde la respuesta siempre es la misma: para contar con el apoyo de Alcohólicos Anónimos basta con querer dejar la bebida. El problema es que el afectado no suele tener este punto claro y, de hecho, son pocos los que llaman por primera vez por convicción personal a la puerta del 1º C del número 53 de la calle Severo Ochoa.

Santiago fue uno de los asistentes a la reunión abierta que celebró Libertad con motivo de este reportaje de Diario de Burgos y relató en voz alta lo que se escucha en muchos encuentros habituales de Alcohólicos Anónimos: «Había intentado dejarlo solo muchísimas veces, porque tenía problemas en casa, en el trabajo... Bebí de los 16 años a los 40 o más y, al principio, vine a la fuerza. Era muy arrogante y me costó muchísimo, pero con trabajo y paciencia he conseguido superar esa barrera». Algo parecido apunta Rubén, asegurando que «llegué gracias a mi madre, creyendo que aquí iba a aprender a beber con cabeza. Y, en los primeros tiempos, pensaba que con venir a las reuniones ya estaba todo hecho y no, la cosa está fuera, en lo que haces por ti mismo fuera de aquí. Hay que implicarse».

Alrededor de una mesa, cada uno de los asistentes cuenta su experiencia y los demás escuchan, sin cuestionar ni juzgar. Incluso en las recaídas, que a veces las hay. Pero, si hay convicción de querer dejarlo, el grupo vuelve a abrir las puertas y a plantear que la meta es pasar 24 horas sin beber. Solo un día. «Eso es lo que a mí me sirve», dice Tomás, que el próximo 1 de septiembre cumplirá cinco años de sobriedad tras más de 50 de alcoholismo. «Empecé muy joven y bebía bastante, diez o doce vinos a nada y todas las peleas las encontraba yo; notaba que iba mal a casa, pero al día siguiente, volvía. Hasta la última vez que me caí redondo al suelo y acabé en Urgencias», recuerda, destacando que para entonces ya tenía más de 70 años. «Pero he comprobado que se puede vivir sin alcohol. Pienso que son 24 horas y trato de estar activo todo el tiempo, además de venir a las reuniones, para devolver todo lo que me dan», afirma.

El anonimato y el contacto interpersonal son la base de la estrategia de esta entidad, nacida en Estados Unidos y hoy implantada en todo el mundo. Las reuniones periódicas presenciales son el pilar de cada grupo y los participantes asumen su sostén económico con aportaciones voluntarias. No hay financiación pública ni ayuda de entidad política, religiosa o social alguna; solo la contribución de los miembros, que siempre están para la persona alcohólica en el número de teléfono 646 789 550. Da igual si es de día o de noche. O si todavía no sabe, o no quiere saber, de su enfermedad. Algo que puede resolver preguntándose si dejar la bebida haría más fácil su vida.