La Diócesis volvió a incrementar el año pasado ingresos y gastos hasta los 36,2 millones de euros, lo cual le permitió cerrar el ejercicio con 5.700 euros de déficit. En 2017 el desequilibrio superó los 18.000 euros, por lo que el responsable de los asuntos económicos en el Arzobispado, Vicente Rebollo, ha manifestado satisfacción por poder presentar unas cuentas equilibradas. "El objetivo no es cerrar con superávit, porque cuanto más tenemos más repartimos, pero sí es conveniente tener un equilibrio", ha dicho Rebollo.

La memoria económica se ha hecho pública esta mañana con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, que será este domingo, pero que en Burgos se celebrará el sábado, día 9, con una jornada de convivencia en la que se aprovechará para compartir experiencias sobre cómo se vive la fe cristiana en lo cotidiano del día a día. La iniciativa está vinculada al VIII Centenario de la Catedral, por lo que el remate del día de celebración será una marcha en tres bloques desde el Seminario de San José (paseo del Empecinado) hasta el templo gótico, donde el arzobispo, Fidel Herráez, oficiará una misa.

Esta es una manera de simbolizar todo lo que la Iglesia católica hace en Burgos. "En la balanza sobresale fuertemente el bien", ha subrayado Herráez, durante la comparencencia ante los medios, en la que ha contextualizado la actividad de la Iglesia en la provincia señalando que el día a día ha de regirse por "recibir agradecidamente el pasado y comprometidamente el presente" para poder planificar "creativamente el futuro".