"El papel de los políticos, más triste que la pandemia"

R. PÉREZ BARREDO
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El paleoantropólogo y codirector de Atapuerca José María Bermúdez de Castro reflexiona sobre la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y apunta a la necesidad de un cambio de modelo en el mundo

Bermúdez de Castro, en una imagen de archivo. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

En su discurso siempre templado y sereno hay esperanza. El paleoantropólogo y codirector de Atapuerca José María Bermúdez de Castro sólo espera, en esta hora preocupante para la humanidad, "que los los líderes den ejemplo porque la gente lo necesita". El científico madrileño no resta importancia a la gravedad de la actual pandemia, pero explica que los virus llevan en el planeta 3.000 millones de años. "Lo que sucede es que, en el pasado, estos virus podían acabar con pequeños grupos porque vivíamos aislados y muy separados en tribus o clanes y por eso no tenían una incidencia importante en la demografía del planeta. Con el Neolítico nos empezamos a juntar y empezamos a ser cada vez más hasta llegar a la globalización con el continuo movimiento de población de unos países a otros. Y los virus han seguido ahí. La diferencia con otros virus es que para éste todavía no hay una vacuna. En este sentido, la ciencia está actuando de una manera bastante unitaria a una velocidad tremenda porque la situación lo requiere".

Si la ciencia está mostrando su mejor cara, no sucede lo mismo con la clase dirigente, al entender de Bermúdez de Castro. "Está siendo muy deprimente el comportamiento de los políticos y gobernantes. En una situación triste y terrible para miles de personas que están perdido a sus familiares, los que la gente necesita es liderazgo, dirección. Y esto es lo que no estamos viendo. Y me parece tan triste como deprimente; tanto o más que el propio virus", apostilla. En este sentido, tiene claro que -salvo excepciones contadas- la ciudadanía está demostrando mucha más prudencia, altura y responsabilidad que la clase política, "enfrentada como si esto fuera una pelea callejera. Esto no es ni lo deseable ni lo que necesitamos".

Esa misma clase política que ahora avergüenza e indigna a Bermúdez de Castro es la que generó que, llegada esta crisis, se viera que España no estaba bien equipada ni en el ámbito sanitario ni en el investigador, esto es, por recortes en uno y otro lado durante años. Para el paleoantropólogo ahora "se han visto las vergüenzas" de la escasa o nula apuesta del país por la ciencia y la investigación. "España nunca ha sido partidaria de la ciencia. Aquí se invierte poco y estamos un poco a expensas de lo que hagan los demás, aunque aquí se esté trabajando también en este aspecto y muy bien. Hacemos lo que podemos. Pero las vergüenzas se ven. Yo me preguntaba hace poco cómo puede ser que el 10 por ciento del PIB sea el turismo. Lo que ha sucedido, que nadie pensaba que pudiera suceder, va a dejar ese 10 por ciento del PIB en casi nada este año. Y la culpa es nuestra porque nosotros lo hemos creado así. Tenemos lo que nos merecemos porque hemos apostado por esto, igual que en un momento determinado se apostó por el ladrillo hasta que el ladrillo se fue a la porra y vino la crisis. ¿Qué tenemos que hacer? Pues igual sacrificar otras cosas y apostar más por la ciencia y la tecnología, por ejemplo".

No está Bermúdez de Castro nada convencido de que esto vaya a cambiar a corto ni medio plazo, por desgracia. "Creo que no vamos a cambiar por esto. Confío en que pronto haya una solución a esta situación sanitaria, y luego la recuperación económica tardará lo que tenga que tardar. Pero, ¿cuánto vamos a tardar en olvidar esto? ¿Acaso la mayoría de la gente sabía que hace cien años una epidemia de gripe mató a varios millones de personas en el mundo? ¿Se aprendió alguna lección con aquella epidemia? Algo sí, probablemente, pero se olvidó rápidamente. Posiblemente de esta situación salgan cambios, especialmente en nuestra manera de comportamiento, por lo menos hasta que estemos seguros, pero no tengo claro que vayamos a cambiar demasiado".

Hacia un nuevo modelo. José María Bermúdez de Castro defiende que el modelo actual de la sociedad "está en vías de agotamiento. Vamos hacia un abismo si no le ponemos remedio. Porque esto no es sostenible, ni el crecimiento demográfico, ni la contaminación... Esto no lleva a ninguna parte. Hemos hecho un mundo globalizado en bienes y servicios y en personas que se mueven de un lado a otro del mundo (y en contextos así un virus se lo pasa bomba, por eso la mejor manera de contenerlo es el aislamiento). Pero el modelo tiene que cambiar, debe cambiar. No sé cómo, cuánto tardará ni qué consecuencias tendrá, pero tiene que cambiar más temprano que tarde. Yo no lo veré, pero mis hijos sí. Hay que retocar las cosas, y mucho, a partir de una profunda reflexión".

Abomina el científico de cualquier catrastrofismo. "No nos vamos a extinguir. Lo que ha pasado era esperable, lo expertos sabían que podía suceder. Esto no es un castigo divino. Y otros virus vendrán. La gripe sigue matando a mucha gente todavía. Lo que hay que hacer es aprender de estas lecciones para intentar mejorar las cosas y que crisis así no nos sorprendan de esta manera". El codirector de Atapuerca considera que somos una especie que lleva la territorialidad, el tribalismo y la jerarquía en los genes, por lo que alcanzar una suerte de pensamiento de especie que una a toda la humanidad en un mismo fin es una quimera. 

Con todo, el discurso de Bermúdez es esperanzado. "Quisiera transmitir mucho optimismo porque pienso que, a pesar de todo, somos una especie inteligente. Tenemos un cerebro tremendo. Las posibilidades que tiene son superiores a las de cualquier súper computadora que se haya inventado en el mundo. ¡Un solo cerebro! Creo que encontraremos soluciones para lo que se nos viene encima. Al menos quiero pensarlo. Esto va a pasar. Es cierto que traerá consecuencias muy graves. Pero esto va a pasar. Y estoy convencido de que en un tiempo razonable esto pasará. También será importante que no olvidemos y que nuestros gobernantes piensen que a partir de ahora la ciencia se merece algo más de apoyo. Ojalá esta sea una de las lecciones que se aprendan de todo esto", concluye.