Felicidad jamaicana

ALMUDENA SANZ
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Las propuestas de los burgaleses Mario Rivera y Ribo se aúpan como las únicas españolas en las cien seleccionadas por el Concurso Internacional de Carteles de Reggae, al que se presentaron 1.180

Hiroko Okuda es la protagonista del trabajo de Mario Rivera (i.), mientras Ribo se rinde a Tanya Stephens, a la que retrata en una actitud guerrera.

Comparten pasión por el diseño y el reggae y ahora también presumen de ser los dos únicos españoles seleccionados en el Concurso Internacional de Carteles de Reggae. Las propuestas de Mario Rivera y Ribo se aúpan a la selección de cien de las 1.180 presentadas por 653 artistas de 53 países de todo el mundo que han respondido a la convocatoria de la octava edición de este certamen lanzado desde Jamaica, cuna de este estilo musical, con tintes artísticos, reivindicativos y solidarios. Su fin último es la creación de una plataforma mundial que culmine en la construcción de un museo de esta cultura en Kingston. 

En la presencia de las mujeres se encendían los focos en esta nueva entrega. Hiroko Okuda, inventora del Casiotone MT-40, «un teclado que cambió la historia de la música jamaicana en su evolución de la producción analógica a digital», centra la creación de Mario Rivera, criado en Miranda y residente desde hace unos años en Bilbao, que se presentaba por primera vez a este certamen. «Me ha hecho mogollón de ilusión. Que te elijan entre más de mil propuestas te da un chute de motivación, de dopamina», anota feliz porque este reconocimiento toca el diseño y la música reggae, de la que es militante a través del colectivo Critical Sound System. «Era la combinación perfecta», observa entusiasmado. 

Con la misma emoción habla Ribo de este premio, aunque él ya había participado y triunfado en anteriores convocatorias, con cuatro selecciones. «Otras veces sí ha habido más gente de España, pero esta vez sí ha sido una sorpresa compartirlo con Mario. Me hizo mucha ilusión», destaca este pescadero de profesión, ilustrador, miembro de SIO2 y del colectivo Tatanka Sound System. 

Envió tres piezas. Convenció al jurado con la que dedica a Tanya Stephens, «una artista de la década de los 2000, a la que escuchaba mucho cuando tenía 18 años, con grandes himnos». La retrata combativa, con la chaqueta militar y la boina de guerrillera. Feminismo, reggae y lucha. 

Esta vez no se conforma con el orgullo de colarse en ese top cien y las felicitaciones de los conocidos. Considera que es un mérito que se merece proyección y está moviendo los hilos para que recale en Burgos la exposición que se genera tras cada convocatoria y que viaja por todo el mundo. Va donde la solicitan. «Me encantaría poder vivirlo y compartir estos trabajos con las personas que me conocen», desea este artista decidido a que los burgaleses bailen y ahonden en el reggae. Si aquí las salas no abren sus puertas, las tocarían en Bilbao. 

Esa gira, además de acercar, mimar y reivindicar los valores de la cultura reggae a través de charlas y otros encuentros, sirve para poner a la venta láminas con las reproducciones de los carteles. Los beneficios se destinan a la Alpha Boys' School, una institución para jóvenes desfavorecidos en la capital jamaicana, fundada en 1880, de la que han salido artistas que ahora son historia de esta música como Yellowman o Johnny Osbourne. Otro motivo más para bailar por esta victoria.