El servicio de Otorrinolaringología del HUBU no es de los que registraron el año pasado un aumento más acusado de su lista de espera para primeras consultas, pero sí fue significativo (un 47%, al sumar a 1.153 pacientes más). Y también está entre los que salen peor parados en cifras globales, con 3.580 personas pendientes de una primera consulta con el especialista.

Entre esos miles de burgaleses hay quienes aguardan casi un año para comentar con el otorrino el problema de salud que requiere su asistencia, como ha podido constatar este periódico. En concreto, hay pacientes a quienes se derivó en septiembre del año pasado desde el centro de salud y que fueron convocados, en principio, para marzo de 2023. Es decir, en un plazo de algo más de medio año. Sin embargo, en los últimos días se están enviando nuevas cartas para aplazar estas visitas médicas otro medio año, hasta finales del próximo agosto. De ahí que la espera para un primer cara a cara pueda llegar a rondar el año. Y todo ello sin que, como suele ser habitual, el paciente reciba explicación alguna a causa de las razones que provocan el aplazamiento.

Otorrinolaringología no es el único servicio en el que se producen aplazamientos de este tipo; algo que, de hecho, es bastante habitual en numerosas especialidades. Pero también es frecuente que, en estos casos, el servicio reorganice las agendas y acabe convocando antes de lo previsto a los pacientes afectados por los retrasos.

A la cabeza en la región. Sin embargo, dado el volumen de consultas pendientes de los otorrinos y el aumento interanual que han registrado, está por ver en cuánto tiempo se podrán reducir estas primeras visitas.

El servicio responsable de tratar los problemas de oídos, boca y garganta, entre otras cosas, no solo es el cuarto más atascado del hospital en primeras consultas, sino que asume la mayor demora de la Comunidad para su especialidad. En esta situación repite Dermatología y se suman Cirugía Plástica, Endocrinología y Neurocirugía, según los últimos datos oficiales.