Grano a grano crecen las yeguas

R.E. MAESTRO / Villasur
-

Una ganadería de equino en extensivo conservará los pastos de Villasur y busca financiación con un micromecenazgo. Se han sumado 14.218 euros y hay cuatro animales que aumentarán con la llegada de dinero

Román Traver, en primer plano, es uno de los impulsores de esta iniciativa y entre sus principales deseos se encuentran conservar la dehesa, mejorar la biodiversidad y evitar los incendios forestales. - Foto: Patricia

Siria, Blanca, Estrella y Ebro ya pasean entre los robles y la dehesa de Villasur de Herreros. Una manada de yeguas que grano a grano espera pronto sumar compañeras. Acostumbrados en la provincia a salvar iglesias gracias a campañas de crowdfunding, desde este municipio a las faldas de la Sierra de la Demanda se proponen conseguir mecenas para un proyecto de ganadería extensiva que permita conservar los pastos y frene así los incendios forestales. Ya han encontrado 111 cofinanciadores que han aportado por ahora 14.218 euros. Una vez logrado el objetivo mínimo que permite que el proyecto comience a rodar, ahora se intentará llegar hasta los 35.000 euros.

El interés por mantener los usos tradicionales del monte se alza como una de las principales motivaciones de Román, Isa y Víctor, que desde hace años forman parte también de la iniciativa El Puchero consistente en el abastecimiento cercano y consciente de alimentos a partir de las huertas del pueblo siguiendo métodos de agricultura ecológica. Ahora, con el nuevo proyecto de ganadería pretenden dar un paso más para «resolver las necesidades económicas en el pueblo sobre una base de recursos locales» mediante la venta de potras tanto para carne como para vida, tal y como asegura Román Traver, uno de sus impulsores.

El año pasado compraron una finca en el pueblo y ya contaban con dos yeguas que las usaban en las huertas, por lo que realizaron visitas a diferentes ganaderos de equino -tanto de la provincia como de otros puntos como Teruel o Navarra- para formarse y conocer más sobre el tema. «Necesitábamos hacer contactos para adquirir yeguas o potras de otros ganaderos y observar cómo trabajan», comenta Román. Sin embargo, su primera opción no pasaba por el equino y lucharon por un proyecto de ovino. Pero a las dificultades de contar con ovejas se sumó el hecho de que requieren una dedicación mucho mayor. «Tenemos mucho trabajo con la huerta también, por lo que requeríamos un tipo de ganadería que no fuera tan absorbente», dice.

Calculan que en su momento de mayor tamaño la yeguada puede alcanzar las 60 o 70 madres. En primavera se sumó otra yegua a las dos que ya poseían así como el futuro semental, que en la actualidad tiene quince meses. De cara a septiembre sumarán otra potra y depende del resultado del micromecenazgo en marcha este año quieren adquirir otras cinco o seis. «Desaparecen pastos debido a que no existe ninguna presión ganadera y solo quedan vacas, lo que hace que el monte no se regenere, por lo que complementar unos tipos de ganados con otros sería lo mejor», desarrolla, de ahí que la intención pase por convivir con otro tipo de ganaderías de la zona incluso manejando las mismas superficies.

Esfuerzo colectivo. Al no poder acometer grandes inversiones, reconoce Román, necesitaban ayuda exterior para convertir su idea en una realidad. De ahí la importancia del esfuerzo colectivo a través del crowdfunding. «Cuesta más de lo que parece que la gente dé dinero de manera desinteresada, por lo que se debe presentar muy bien el proyecto con  las motivaciones y ventajas sociales», argumenta Román sobre la importancia de que se conozca correctamente el plan para Villasur de Herreros.

Además de la compra de la yeguada se requiere dinero para otras cuestiones básicas. Ya han empezado a construir el establo, para lo que han recurrido a madera del monte que han cortado ellos mismos para levantarla. Ya cuentan con los permisos ambientales y licencias urbanísticas, y la ampliación de la manada está en curso. Necesitan, además, establecer nuevos vallados y arreglar los existentes, introducir infraestructuras en relación con el agua y el manejo de los animales como por ejemplo los accesos a las fincas.

Eso sí, una de las principales dificultades de empezar de cero en el equino se encuentra en lo que tarda en reproducirse. «Es prohibitivo comprar yeguas, están muy caras, y especialmente estas razas enfocadas a la carne, una puede alcanzar los 2.000 euros», explica sobre los cuatro animales que poseen, inscritos en el libro genealógico de la raza hispano-bretón. Prevén incorporar potras, que pueden estar entre los 800 y 1.000 euros, pero que hasta dentro de tres años no se van a quedar preñadas y deben pasar cuatro años y medio para vender uno de sus potros.

«Tenemos un periodo de sequía productiva en este momento, quitando las madres que tenemos y alguna que podamos incorporar», argumentan. Ahora centran sus esfuerzos en lograr la ayuda a la que se puede acceder hasta dentro de 22 días a través de este enlace y para la que proponen recompensas como una invitación a la jornada de inauguración, un llavero de roble, una bolsa de tela, un taller de interpretación ambiental, un paquete de alubia ecológica o un lote de productos ecológicos.