Terminó. El 20 Aniversario de Ebrovisión tocó su última nota, en una edición especial que sonó como nunca y que fue de sobresaliente. «Ha habido mucha expectación y estamos muy agradecidos por la gran respuesta del público», afirma Ramiro Molinero, portavoz de la asociación Amigos de Rafael Izquierdo. La organización admite que «podíamos tener dudas, porque la gente se fuera al ver qué grupo tocaba, pero la verdad es que todos los conciertos han tenido mucha asistencia».

Ante esta respuesta de los ebrovisivos, Molinero reconoce, todavía con la adrenalina de la música en el cuerpo, que si tuviera que quedarse con algo escogería el respaldo de los fieles, que hacen especial al Ebrovisión. El portavoz indica que para él quedarán imágenes para el recuerdo, «como cuando abríamos las puertas, un momento que era como una avalancha para ver qué pasaba», porque el cartel sorpresa hizo que los cuatro días de actividades se vivieran de una manera mucho más intensa de lo habitual.

En lo musical, Molinero menciona el concierto de Sidonie. «Son como de la casa, porque llevan viniendo desde la primera edición y en Miranda siempre tienen una sintonía especial», ensalza, a la vez que agrega que «seguramente si no hubiesen estado hubiese sido una decepción para muchos». Más allá de los escenarios, el Ebrovisión ha llenado de vida muchos puntos de la ciudad. En especial en la Parte Vieja, donde «en el momento en el que llegué a la plaza de España a las cuatro o cuatro y media el sábado... todavía me da cosilla el gran ambiente que había».

Desde dentro, la sensación es de satisfacción, ya que el trabajo ha salido bien y sirve para «cargar pilas», aunque «la verdad es que ya teníamos la cabeza en 2023, porque este aniversario lo hemos tenido mucho tiempo pendiente, aunque hasta la última semana hemos tenido que cerrar cosas», matiza Molinero. 

Próximo año. La edición de 20 Aniversario supone un punto de inflexión, porque al año que viene habrá novedades. Tras la sorpresa del sábado sobre el escenario del Multifuncional está claro que la gastronomía ganará peso. «Es necesario un cambio porque el festival se ha hecho mayor», asume Molinero, que añade que en la organización «también necesitamos nuevos retos».

La música seguirá sonando en cualquier caso «porque es el alma del festival», puntualiza Molinero, que avanza que no estará el Multifuncional, pero «no solo habrá un escenario, tendremos más». Además, la filosofía, «con muchas actividades gratuitas se mantendrá».