Las últimas lluvias alivian la situación de los embalses

D. ALMENDRES
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El 'Sistema Arlanza', formado por los pantanos de Úzquiza y Arlanzón, alcanza el 53,9% de su capacidad. Las presas de Burgos han perdido 10 hectómetros cúbicos de su reserva en 2022

Aspecto que presentaba la torre de control del pantano de Úzquiza en el primer trimestre de 2022. - Foto: Jesús J. Matías

Las precipitaciones acumuladas durante el mes de diciembre alivian, en parte, la situación de los pantanos de Burgos al cierre de un año 2022 marcado por la sequía. El complejo escenario actual de las presas, similar en el resto del país, pide la llegada de un invierno favorable para cambiar la tendencia.  

Los datos del 'Sistema Arlanza', del que forman parte los pantanos de Úzquiza y Arlanzón, reflejan la cruda realidad actual. Las presas de Burgos han perdido en el último año 10 hectómetros cúbicos, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero. «Es muy conveniente que se produzcan nevadas en la zona alta de la cuenca para observar una clara recuperación en los niveles de reservas y revertir la inercia arrastrada desde el año hidrológico anterior», explican desde la CHD.

En el cierre de 2021 ambos embalses presentaban una mejor situación que en 2020. Sin embargo,  pronto se hizo notar las consecuencias de una sequía ya evidente en los primeros meses del año. No en vano, en febrero no se había registrado ni un cuarto de las precipitaciones normales para esa época del año, según indica la Delegación de Castilla y León de la Aemet.

Entonces, se produjeron los primeros avisos de alerta pronto confirmados a pesar de la tregua vivida en primavera. Un oportuno repunte que no sirvió para solucionar el problema porque las reservas de Burgos alcanzaron entonces el valor pluviométrico más bajo desde 1951. 

El verano contribuyó a esta tendencia, ya que para entonces se habían recogido 207 litros por metro cuadrado en la capital por los 362 de media en los primeros nueve meses del año. Las altas temperaturas provocaron un aumento de la evapotranspiración (pérdida de humedad) en embalses, cauces y canales. 

Los muestreos de la CHD realizados en elembalse de Arlanzón confirmaron una temperatura superior entre 1.5 y 3 grados a todas las profundidades con respecto a  julio de 2021.En Úzquiza, por su parte, fue entre 0.5 y 1 grado. Esta sequía prolongada, sin embargo, aún dejaba a los embalses fuera de la alerta en la que se encontraban los sistemas Carrión y Pisuerga al encontrarse por debajo del 25% de su capacidad.

El seguimiento de la Confederación Hidrográfica del Duero ya subrayaba en octubre la delicada situación de los pantanos de la provincia.Esa escasez de precipitaciones se tradujo en una reducción «importante» de las aportaciones a ambos embalses entre el 1 de octubre de 2021 y el 30 de septiembre de 2022. No en vano, se registraron 52 hm3 frente a los 89,3 hm3 del valor medio en los últimos 25 años (un 58%).

El agua acumulada en estas últimas semanas del mes de diciembre es tan oportuna como bienvenida. Los gráficos deArlanzón muestran un repunte fundamental para salir del atolladero y situarse en los 18 hectómetros cúbicos, un 82% de su capacidad. Una buena noticia  al superar los 17.4 hectómetros cúbicos correspondientes al promedio decenal.

Al tratarse de un embalse 'pequeño', la Confederación analiza a los dos representantes de la provincia en un sistema de gestión único y tiene en cuenta las reservas almacenadas en su conjunto. Y ahí la situación de Úzquiza permite ver la realidad con perspectiva. La presa grande cierra 2022 al 45.6% de su capacidad con 34.2 hectómetros cúbicos de reserva, lejos de los 40.1 hectómetros de media en la última década.

Caudal del Arlanzón. El caudal del Arlanzón también sirve como termómetro en estas circunstancias y desde el pasado 12 de diciembre ha multiplicado los valores que presentaba desde el final de verano.
Solo la pequeña tregua en forma de precipitaciones vivida en octubre alteró hasta bien avanzado noviembre las cifras de un caudal que superó el metro cúbico por segundo en contadas excepciones hasta este lluvioso mes de diciembre.

En las dos últimas semanas del año el río Arlanzón siempre ofrece datos por encima de los dos metros cúbicos por segundo, con el tope de 7.16 protagonizado el 20 de diciembre antes de volver poco a poco a los valores habituales.