Con un 2020 bajo mínimos y un 2021 en el que de momento no se prevé ninguna mejora (ayer mismo la Junta volvía a clausurar sus actividades presenciales en toda la región), el mundo de las artes escénicas ni siquiera tiene un clavo ardiente al que agarrarse. Sin posibilidad de actuar en otros países y con una reducción drástica de sus ingresos por la falta de bolos y con cancelaciones en el territorio cercano, las compañías profesionales se aferran a las programaciones ‘estables’ como las de la Red de Teatro y los Circuitos Escénicos de Castilla y León. Por eso razón colectivos como Artesa reclamaron a la Junta que este tipo de programas se destinara exclusivamente a los profesionales, dejando fuera a los grupos aficionados. «No estamos en contra de la programación del teatro vocacional; de lo que estamos en contra es que artes escénicas vocacionales y profesionales compartan la misma programación», argumentan.

La Junta ha comprado esa idea y en la programación de los Circuitos Escénicos de este año (en la Red de Teatros ya se venía haciendo)solo hay cabida para las compañías profesionales. Pero tampoco están todas. Las artes escénicas de calle  no aparecen en la programación de la red regional pensada para municipios de más de 1.000 habitantes. No lo están por las excepcionalidades que señala la Junta y que hace muy farragosa y complicada la documentación a presentar en esta edición: «Es un jarro de agua fría porque también se nos excluye de Biblioescena al ser recintos cerrados, y se nos excluyó de la programación del Delibes, y obviamente estamos fuera de la Red de Teatros porque es para sala. Se nos excluye de todo», sentencia Marcos Castro, de Cal y Canto.

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