«Es vital fabricar fármacos para cubrir nuestras necesidades»

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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ENTREVISTA | Jesús Aguilar lleva siete años al frente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos y aún le quedan dos por delante. Se siente orgulloso de haber conseguido una mayor implicación de su profesión con la ciudadanía

Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. - Foto: Valdivielso

Lleva siete años al frente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos y aún le quedan dos por delante. Después, no sabe lo que hará -si repetirá candidatura o no- porque le parece que hacer planes a tan largo plazo es inviable. «¡Las vueltas que puede dar la vida en ese tiempo!», exclama Jesús Aguilar (Burgos, 1960), quien se siente satisfecho de lo conseguido hasta ahora. «La que presido es una institución que tiene 120 años y yo llegué en un momento en el que había que cambiarla y he tenido la oportunidad de hacerlo y avanzar con los tiempos, en lo interno y en lo externo», indica. De lo que más orgulloso se siente, añade, es de haber conseguido una mayor implicación de su profesión con los ciudadanos desde el punto de vista asistencial: «Estoy muy contento por eso, aunque yo siempre estoy contento en un sitio donde pueda hacer cosas». Aguirre fue, antes de presidente de los 78.128 profesionales de la farmacia colegiados en España -el 71,9%, mujeres, según remarca- el de los de Castilla y León y de Burgos. También hizo política de partido tanto en UCD como en el PP, del que fue procurador en Castilla y León, y conoce bien tanto la industria del sector por sus 20 años en GlaxoSmithKline como el trabajo en la oficina de farmacia que realizó tras un susto de salud que le llevó a replantearse la vida. 

El 14 de diciembre le pidió a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que no se vaya antes de firmar el protocolo para que la farmacia rural actúe como «agente fundamental para dar servicio a la población». ¿En qué consiste y en qué cambiará la labor que ya hacen las boticas en los pueblos?
Se trata de un protocolo que estamos intentando firmar no solo con el Ministerio de Sanidad sino también con los de Derechos Sociales y Transición Ecológica para dar un servicio más intenso todavía en las poblaciones de menos de 1.500 habitantes.

Eso interpela directamente a la provincia de Burgos...
Pero no es, ni de lejos, la que peor situación tiene en Castilla y León frente a provincias como Zamora, Soria, Salamanca o Palencia. Dentro de las nueve no estamos mal situados; ahora, si te comparas con Murcia pues estamos horriblemente porque Castilla y León es la primera comunidad en despoblación.

Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. - Foto: Valdivielso

 ¿Qué incluirá el protocolo?
El farmacéutico es el único profesional que queda ya en estas zonas y los ciudadanos no necesitan solo servicios asistenciales y farmacéuticos sino de formación en salud y de apoyo a los servicios sociales, áreas en las que podemos hacer una función muy importante como lo vimos durante la pandemia, donde fuimos los únicos profesionales que no estaban los lunes y los miércoles sino todos los días. Queremos llegar a un acuerdo por el que se nos dé ese tipo de funciones -que ya se hacen- de forma protocolizada para trabajar más con la gente. 

Póngame algún ejemplo.
Pues desde formar en salud e higiene y controlar la buena toma de la medicación por parte de los pacientes hasta ayudar en temas como la soledad, sobre todo, la no deseada, o hacer trámites y gestiones burocráticas. Queremos ser un poco el vehículo de la Administración en esas zonas.

¿De qué manera podrá luchar la red de farmacias contra la soledad?
Durante la pandemia vimos una necesidad tremenda, la gente iba a la farmacia no solo para seguir sus tratamientos sino porque querían hablar con los profesionales para que les dijeran qué había de verdad o de mentira en toda aquella catarata de informaciones sobre salud que hubo en esos días, y nos dimos cuenta de que mucha gente necesitaba ese contacto. También notamos un exceso de peticiones de unos fármacos que tenían que ver con problemas de salud mental que se estaba empezando a complicar: antidepresivos, ansiolíticos, hipnosedantes... Y comenzamos a trabajar todo el tema de la soledad no deseada. Para ello hemos creado un consejo asesor en el que están incluidas  14 organizaciones de la sociedad civil desde las asociaciones de familias y mujeres del mundo rural hasta Cáritas, Once, Imserso, Unicef, Cruz Roja, Farmacéuticos sin Fronteras y organizaciones de mayores y de personas con discapacidad.

Pero esto que me cuenta ya lo hacen los farmacéuticos: responden las dudas que les plantean, están pendientes de vecinos que hace tiempo que no ven, les dan conversación... ¿En qué va a cambiar el hecho de que exista un protocolo?
Que las cosas estén más organizadas, que se trabaje en red y sabiendo qué es lo que hay que hacer en cada situación concreta que se pueda plantear, que haya la menor improvisación posible.

Somos los únicos profesionales que quedan ya en la zona rural y queremos ayudar allí a la Administración»

¿Qué disposición hay por parte de los ministerios?
Bueno, la Administración es bastante lenta. El otro día se lo decíamos a la ministra de Sanidad porque se va dentro de unos meses para presentarse a las elecciones, pero llevamos trabajando en ello más de un año.

¿Les han pedido una compensación económica?
No, en principio, no, aunque sí si se generalizase, a la hora del mantenimiento de las oficinas. De momento, lo que queremos es hacer un proyecto piloto para ver si funciona y estamos barajando para ello que se pueda realizar en La Rioja por ser uniprovincial.

¿Cómo afecta la despoblación a la farmacia? ¿Son muchas las que han desaparecido a la vez que el vecindario?
Pues afecta todo: si no hay población no hay a quién dar servicio, eso es evidente y cada vez hay más dificultades para mantener esas farmacias, igual que en el resto de los servicios. Pero cuando las cuantificamos vemos que, en Burgos, por ejemplo, no ha habido ningún cierre en los dos últimos años. Pero les haya o no, cubrimos todas las necesidades de asistencia farmacéutica de todas las zonas ya que muchas de las veces los establecimientos se sustituyen por botiquines farmacéuticos, que no es donde se guarda el esparadrapo sino un establecimiento que tiene un horario más limitado, por lo que está garantizado el servicio. Nueve de cada diez municipios de menos de 800 habitantes sigue manteniendo una oficina de farmacia y una de cada cinco farmacias están en España en un municipio pequeño, datos que hablan más de la resiliencia del farmacéutico que de otra cosa (ríe).

Entiendo que muchas de ellas entran en el esquema de las que denominan 'de viabilidad económica comprometida'.
Sí, y no se trata de que reciban ninguna ayuda sino que su compensación profesional está en base a un mayor margen por los medicamentos que dispensa a los pacientes. En esa situación están 697 en toda España, el 91% de ellas, fuera de capitales de provincia. 

¿Cuántas farmacias se han abierto y se han cerrado últimamente?
En 2021 se han abierto 87, de las que 73 lo han hecho en municipios que no son capitales de provincia. Y han cerrado, bien definitiva o temporalmente, 25. Por desgracia, Castilla y León es la comunidad autónoma con mayor número de farmacias cerradas y con el porcentaje más alto de farmacias de viabilidad económica comprometida. 

¿Esto es un buen balance de cómo está el sector?
La farmacia española es un activo social del ciudadano y los farmacéuticos no ejercen donde quieren sino donde hacen falta y donde la Administración dice que es ese el punto en el que debe haber una farmacia, somos un activo social como ya se comprobó en pandemia, que vimos que en otros países la gente tenía que coger el coche para ir a una farmacia, es decir, que no son tan accesibles y cercanas como aquí. Esto hace, por otro lado, que la española sea la farmacia más empobrecida de toda Europa.

¿A qué se debe?
España tiene el mayor ratio, y con mucho, de oficinas de farmacia de Europa, es decir, que mientras los farmacéuticos españoles atendemos de media a 2.000 habitantes, en Europa hay países -los menos regulados- que atienden a más de 10.000 cada una, por lo que el número es mucho más reducido y la proximidad, menor.

En Burgos no ha cerrado una farmacia en los 2 últimos años» 

¿Sigue en riesgo el modelo español de farmacia, como ha declarado en otras ocasiones?
Aquí todos los partidos apuestan por este tipo de modelo -en eso no hay discusión- que ha salido reforzado tras la pandemia. Hace poco hemos tenido el congreso mundial en España y ha habido mucho interés por muchos países por tener un modelo tan solidario, sanitario y cercano como el nuestro.

¿Está a salvo, entonces?
Creo que sí. Pero hay que tener en cuenta que el éxito de este modelo se debe en gran medida al éxito del modelo sanitario español, con el que vamos de la mano y porque por mucho que nos quejemos y que haya problemas tenemos un gran sistema. 

¿Su idea es que las farmacias lleguen a formar parte del propio Sistema Nacional de Salud  (SNS)?
Es que tienen que ser un recurso más del Sistema Nacional de Salud y, de hecho, la ley lo dice así hace muchos años, la farmacia es la parte concertada del SNS. Pero aún no estamos lo suficientemente integrados porque a veces se piensa que se forma parte del sistema solo si se cobra una nómina del sistema.

¿Entonces, cuando le pide a la ministra que se potencie su actividad a qué se refiere?
Los profesionales de las oficinas de farmacia están poco explotados. Nos vamos a retrotraer a la pandemia. ¿Alguien cree que los farmacéuticos no hubiéramos debido estar ayudando para introducir en el sistema, por ejemplo, a las personas que fueran positivas o con las vacunas en los momentos más críticos? Esto es lo que nosotros demandamos porque formación para ello tenemos de sobra. 

¿Se ofrecieron?
El primer día escribí al ministro y a los 17 consejeros de Sanidad. Solo les pedía una cosa, que nos protegieran desde el punto de vista físico -algo que no pudo ser como no se pudo proteger a nadie-, pero todo lo demás era ofrecimiento para lo que hiciera falta.

¿Qué le respondieron?
De una forma absolutamente desigual en función de los territorios.

¿Quién lo hizo mejor?
Los catalanes, los andaluces, los cántabros...

¿Y el Ministerio?
Pues es que siempre hay problemas para dejarse coordinar y cuando se empieza a sacar el código postal tenemos un problema gordo. Creo que la sanidad ha mejorado muchísimo con las comunidades autónomas pero debería hacerlo aún más en el sentido de dejarse coordinar y de que no hubiera diferencias entre territorios. Pongo un ejemplo: en Cataluña deciden hacer una campaña masiva de prevención del cáncer de colon, lo hacen desde Sanidad y se dan cuenta de que tienen poca adherencia, poco más del 20%. Nos ofrecimos a ayudar, contaron con nosotros y esa adherencia ha subido al 60%: nosotros no tomamos las muestras sino que ayudamos al sistema a que lleguen y a la gente le resulta más fácil ir a la farmacia, que siempre hay una debajo de casa, que al centro de salud.

«La farmacia española es la más empobrecida de toda Europa»

En las últimas semanas de 2022 se sufrió el desabastecimiento de algunos medicamentos bastante básicos, algo que alarma a la población. ¿Es inevitable o se puede trabajar para que no ocurra? 
Yo creo que aún no hemos aprendido lo suficiente de la pandemia y, sobre todo, que como país no podemos estar dependiendo de terceros -algunos de ellos que no se encuentran en Europa- desde el punto de vista farmacológico. Es importantísimo tener los medicamentos en nuestra zona y que seamos capaces de cubrir nuestras necesidades para no depender de las circunstancias de todo tipo -incluidas las geopolíticas- que puedan parar la producción: si en China está todo el mundo en su casa no están fabricando los productos. Tenemos, además, un problema de precios: España es uno de los países más baratos, los precios de los medicamentos son tan bajos, tan bajos, tan bajos... 

¿... que los fabricantes prefieren venderlos en otros sitios?
Tú lo has dicho... Hay medicamentos que a la industria farmacéutica no le es rentable fabricar. No puede ser que una furosemida tenga un precio para un tratamiento de 28 días de 0,60 céntimos. Yo lo entiendo como sistema público pero esto en la realidad crea problemas. Me gustaría señalar, además, que hay dos cosas distintas: una es el desabastecimiento y otra, la falta de suministro. El primero lo declara la Agencia Española del Medicamento y es cuando no hay, y la falta de suministro es lo que nos encontramos todos los días: retrasos, problemas puntuales... Por eso tenemos un sistema por el cual a diario 10.000 farmacias emiten desde sus sistemas de gestión todas las faltas de medicamentos que tienen y desde el Consejo hemos puesto a disposición de los colegios una herramienta llamada FarmaHelp para que si a alguien le falta un antibiótico se lo pueda pasar un compañero y, así, no hacer al paciente ir de farmacia en farmacia. Pero entiendo la alarma social y más cuando se trata de medicamentos para niños.

¿Sería un buen momento para que las multinacionales farmacéuticas abrieran plantas en España?
A mí me parece que es un buen momento para que muchas de las plantas que se fueron en su día -porque encontraron mejores condiciones en otros sitios- volvieran pero para eso los gobiernos tienen que tener interés. 

Últimamente es frecuente que influencers en redes sociales sin ningún tipo de formación recomienden fármacos, muchas veces dirigidos a gente joven. ¿Cómo cree que se debe actuar ante esto? 
Esto es una salvajada. El único influencer de los medicamentos es el farmacéutico, no hay otro. Es muy peligroso y por eso hemos firmado acuerdos con varias asociaciones para evitar que pasen estas cosas e incluso nos hemos reunido con algunos influencers a quienes les hemos dicho que se tienen que dar cuenta de que no se puede aconsejar el uso de un antibiótico, que eso es tarea exclusiva del médico, y nos hemos encontrado con que en muchos casos no tenían conciencia de que no podían hacerlo y que si lo hacían es porque a ellas les iba bien. Por eso hemos creado canales en TikTok y en Instagram con consejos farmacéuticos para que la ciudadanía, sobre todo la gente más joven, tenga una referencia solvente del uso de los medicamentos. 

En el documento La profesión farmacéutica ante el nuevo paradigma de la mejora de la salud pública se pide que se cuente con la Organización Farmacéutica Colegial «para la identificación y control de la publicidad de productos, actividades y servicios con pretendida finalidad sanitaria, así como pseudoterapias». ¿Están creciendo?
Se está desmandando sobre todo en internet donde se vende de todo, hasta vacunas, inyectables, restos de medicamentos, incluso a punto de caducar... Nosotros todos los días hacemos un montón de denuncias a la Agencia Española del Medicamento y a la policía porque nos encontramos, literalmente, de todo. No entiendo que con el nivel cultural que hay ya en este país haya gente que lo compre. 

Hablando de productos con pretendida finalidad sanitaria y pseudoterapias... ¿Habrá un momento en el que las farmacias dejen de vender homeopatía?
El día en el que las administraciones -la española y la europea- decidan que no son medicamentos. 

Las boticas son un recurso más del Sistema Nacional de Salud pero no están aún lo suficientemente integradas»

¿Qué supone para una farmacia tener productos que en el envase lleven la leyenda 'sin indicación terapéutica probada'?    
Si las administraciones lo han autorizado nosotros no tenemos nada que decir. 

¿No tienen ninguna responsabilidad?
Nosotros tenemos la obligación de dispensarlo. 

¿Y también la tienen de decirle al paciente que ese producto no tiene indicación terapéutica probada?¿No se cuestionan nunca tener productos así?
Si me lo preguntas como presidente de los farmacéuticos te digo que lo que tenemos que hacer es cumplir la ley, si me lo preguntas como farmacéutico le diré al paciente lo que yo entiendo que dice la ficha. 

A mí me han ofrecido productos homeopáticos en una farmacia.
El tiempo nos está dando la razón a los farmacéuticos. Cuando empezó todo esto dijimos que es la Administración la que tiene la responsabilidad, nosotros tenemos que tener lo que pida el paciente y lo que prescriba un médico homeópata.

¿Funciona la homeopatía?
Depende para quién. A mí me parece un horror que pueda sustituir a la medicina tradicional. Los ciudadanos tenemos que cumplir con los tratamientos que nos ponen los médicos y no sustituirlos por nada.

¿Con medicamentos avalados por la evidencia científica?
Con medicamentos avalados por la Agencia Española del Medicamento y nunca sustituirlos por nada. 

Es un buen momento para que vuelvan las fábricas que se fueron porque encontraron mejores condiciones en otros países»

También tienen una campaña específica sobre el consumo de hipnosedantes en adolescentes y sobre psicofármacos en general. ¿Por qué les preocupa este asunto?
Porque la situación es muy compleja. La OMS dice que en 2030 la enfermedad mental será la principal causa de discapacidad, quedan siete años. Y a esto se le suma que el 60% de pacientes con ansiedad y depresión no tienen adherencia al tratamiento o la tienen muy mala, es decir, que no cumplen la pauta terapéutica que les ha hecho el médico, algo que es una preocupación permanente en el farmacéutico. 

¿Qué pueden hacer ustedes para que las personas sigan bien sus tratamientos?
Primero sospechar que el paciente no lo está haciendo bien y derivarle al médico, algo que se hace muy a menudo porque la farmacia española es de barrio -boticas de paso hay media docena- y conoces a la gente y te das cuenta de que a uno de tus pacientes le está pasando algo. Después, comprobar a través de la receta electrónica si está tomando estos medicamentos. 

Durante la pandemia se implicaron mucho contra la violencia de género. ¿Cómo sigue funcionando su proyecto Mascarilla 19?
No tenemos datos concretos porque de forma expresa no los registramos pero sabemos que se está utilizando de una manera importante y de hecho, lo hemos mantenido cuando la pandemia remitió. Tenemos un acuerdo con el Ministerio de Igualdad y estamos dentro de sus políticas. 

Estamos en un momento de una presión asistencial brutal tanto en la atención primaria como en los hospitales. ¿De qué manera se refleja, si es que lo hace, en las farmacias?
Pues directamente proporcional. Si un ciudadano llama a su centro de salud y tiene dificultades primero para que le atiendan por teléfono y, después, para que le den una cita, pues si tiene un problema de salud... ¿dónde va a ir? Pues a la farmacia a buscar una solución, y esto nos crea mucha presión porque somos farmacéuticos, no médicos, y no podemos dar las soluciones que a veces nos piden. 

Es peligroso recomendar fármacos en internet. El único influencer de los medicamentos es el farmacéutico»