La Junta de Castilla y León ya avanzó en la rueda de prensa de inicio de curso una disminución del número usuarios de comedores escolares. Los últimos datos a los que ha tenido acceso este periódico, correspondientes al primer trimestre de ejercicio lectivo, así lo atestiguan y sitúan esa caída en un 21,4%, aunque el porcentaje puede variar a lo largo del ejercicio académico debido a que se producen altas y bajas en este servicio. En la mayoría de los casos y según distintas fuentes consultadas, los motivos que justifican este descenso están relacionados con la crisis sanitaria.

Teniendo en cuenta como periodo de referencia el pasado mes de diciembre, la cifra de comensales que mantenían sus solicitudes en activo ascendía a 6.903,  frente a los 8.785 de la misma fecha pero del periodo 2019-2020, lo que supone 1.882 menos. Dentro de ese volumen global, el 63,2% o 4.366 acuden de forma habitual, mientras que el resto lo hace la mitad de los días lectivos del mes (los llamados habituales discontinuos), de forma aún más esporádica o son alumnos transportados (1.676 o el 24,2%), es decir aquellos que tienen el servicio gratuito al no poder acudir al centro educativo más próximo de su residencia.

Hace un año, el primer colectivo, el asiduo, sumaba 5.208, 842 más que este curso, lo que supone un descenso del 16%, mientras que la principal caída se produce en el segundo colectivo, sobre todo entre aquellos alumnos que hacían uso del servicio tan solo días sueltos, ya que pasan de los 1.134 a los 368. La cifra de alumnos que hace uso del transporte escolar también ha descendido en 141 usuarios.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)