Juan Carlos Pérez Manrique

Estos días azules...

Juan Carlos Pérez Manrique


La pobreza

30/03/2022

Cuando el volcán se activó empezó a expulsar distintos materiales que cubrieron y arrasaron las superficies cercanas. Se aplicaron entonces protocolos de protección; se estudiaron igualmente soluciones para la reparación y para la vuelta a la vida de ventana azul por la mañana y de los números y las cifras que mejor encajaban. Y nadie negó el volcán cuando se encendía, nadie miró al suelo preguntando dónde estaba el material que se expandía, nadie tampoco quiso ignorar aquel que todavía faltaba por extenderse.

El volcán de la historia, tan activo ahora en nuestras vidas, extiende una ceniza que se convierte en pobreza y en riesgo de pobreza. Crece mucho, informan los que en esto trabajan. Pobreza especialmente injusta para quien trabajando no le alcanzan sus ingresos para cubrir necesidades básicas, cuando es más intensa y cruda alimenta el reproche y rechazo de quien la sufre hacia una vida en la que solo ha visto adversidad; hacia uno mismo por falta de autoestima; hacia otros excluidos que vinieron de otros lugares y a los que se considera culpables de que las ayudas lleguen menos; hacia la sociedad a la que culpa de su situación y hacia una administración que pone tantas trabas a quien precisamente tiene más dificultad para realizar trámites. 

No es ya la pobreza de la novela realista del XIX, la que resignadamente pedía limosna implorando la caridad tranquilizadora para buenas conciencias conformadas con la misericordia. Ni la que Emilio Langoni representara en Reflexiones de un hambriento (1893). Aunque la pintura, que fue publicada el 1 de mayo en el periódico Lotta di Classe (órgano portavoz del Partido Socialista) fuera prohibida por 'instigación al odio entre las clases', Langoni no va más allá de transmitir una tristeza y ternura similar a la que enseña después el pobre de El Chico (1921) donde Chaplin identifica la vida del pequeño con la que tuvo él de niño en la pobreza. 

La pobreza tiene la misma fiereza siempre, pero es más cruel en este contexto con muchas más posibilidades y en el que si la política, si la sociedad, militaran en la utilidad y en la moral al mismo tiempo, debiera ser irrelevante. Phil Collins, en Another day in Paradise, contaba la indigencia de las personas que viven en la calle y retrataba la indiferencia con la que generalmente volvemos la cara hacia otro lado quienes sí tenemos otra suerte. Fue el último tema musical de gran éxito de la década de los 80 del pasado siglo. Poco hemos cambiado.