Valoran cortar el agua por la noche en Montija

A.C. / Villalázara
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Junto a la sequía y la escasez de los ríos Trueba y Cerneja, el alcalde montijano cree que «el mayor problema es el riego nocturno del césped de los jardines»

El río Trueba muestra su escasez a su paso por Villalázara, en la Merindad de Montija. - Foto: A.C.

El alcalde de la Merindad de Montija, Florencio Martínez, supera de largo los 70 años de edad y asegura que pocos días ha visto en su pueblo los 40 grados que la ola de calor ha repetido casi ininterrumpidamente durante una semana. Si a ello se le suma la pertinaz sequía que los ríos de montaña arrastran por la escasez de nieve y de lluvias, el cóctel es perfecto para comenzar mucho antes de tiempo con los problemas de falta de agua. Ante ellos, el regidor montijano advierte que «podríamos llegar a tomar la drástica decisión de cortar el suministro por las noches, porque sería un peligro  tener los depósitos vacíos si se declara un incendio».

Lo que en otros estíos comenzaba a ocurrir entre el 8 y el 10 de agosto, ha sucedido ya esta semana, en la que los depósitos de agua de las 16 localidades de Montija interconectadas no recuperan su capacidad total por las noches y el déficit de agua y de presión es constante. «Los depósitos se reponen por las noches, pero si no se riega claro», aduce Martínez, quien defiende que «nuestro problema es el césped». «El río Trueba va muy muy bajo y el Cerneja, también», describe el alcalde montijano, por lo que si no fuera porque los dos sondeos ubicados en Quintanilla Sopeña y en Quintanahedo «responden perfectamente, esto hubiera sido una hecatombe».

Gracias a ellos se suministran 16 localidades, que no superan los 700 habitantes empadronados, a los que estos días se suman los propietarios de segundas residencias. Martínez afirma que los 35 litros por segundo que se bombean de los dos pozos «serían suficientes para abastecer de 3.000 a 4.000 personas, por lo que solo se explica la situación de los depósitos por un uso indebido del agua para el riego de huertas y jardines.

La localidad de Villalázará ha sido una de las más perjudicadas por la escasez de agua y ya ha pasado dos mañanas de esta semana sin abastecimiento debido a la bolsa de aire que se ha creado en una tubería y que impide la correcta circulación del agua. Martínez confía en poder «concienciar a los vecinos de que no rieguen, llenen piscinas o laven el coche» y espera que la próxima instalación de contadores de agua, de los que ahora carece el municipio, evite el despilfarro en años venideros.

Mientras, en Espinosa de los Monteros, que se suministra exclusivamente estos días del río Trueba, al haberse secado por completo la captación del arroyo Mailo, también hay escasez. Ello ha llevado al alcalde, Raúl Linares, a firmar un decreto  en el que hace «un llamamiento urgente a toda la población» y le ruega que «extreme las medidas en orden a un consumo responsable y racional del agua». En Espinosa «no es nada habitual sufrir esta falta de agua en estas fechas», según explica el teniente alcalde, Ignacio González. Así que espera que los vecinos atiendan la recomendación y no rieguen huertos, jardines o vías públicas o llenen piscinas para evitar otras medidas más severas.

El río salón salva a Medina. En Medina de Pomar, donde el agua se toma también del río Trueba, el abastecimiento de agua se está salvando gracias a la captación complementaria del río Salón. Desde la empresa Aquona observan que «cada vez comenzamos antes a utilizar el agua del Salón». Este año se hace desde finales de mayo y, en estos momentos, las dos bombas del Salón trabajan a pleno rendimiento para compensar la escasez del Trueba que, aún así, provee el 60% del agua consumida en la ciudad. Desde Aquona destacan que «está mucho más seco que otros años» y aunque se retiraron sedimentos acumulados cerca de la captación, la bajada del caudal posiblemente obligue a dragar de nuevo, si lo autoriza la Confederación Hidrográfica del Ebro.