Personajes de cuento clásico contra lo último en videojuegos

I.M.L.
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Los disfraces escogidos por los pequeños arandinos resultaron ser un catálogo de la diversión de ayer, hoy y siempre, compitiendo de manera pacífica y con simpatía por los premios en la versión infantil del recuperado Carnaval

Unas ovejas aficionadas a la lectura y la música con su pastor animaron la cita carnavalera infantil, haciendo bailar a todos. - Foto: I.M.L.

El momento de convertirse en un personaje en el Carnaval arandino llegó ayer para los más pequeños, que tomaron la Plaza Mayor con un gran despliegue de protagonistas de cuentos clásicos, dibujos animados de ayer y de hoy y hasta los más modernos videojuegos. En el pasacalles bailongo que comandaron las ovejas de Kamaru Teatro y en el posterior desfile se pudo ver la imaginación desbordada de los que son el futuro de las carnestolendas en la capital ribereña.

Al ritmo de la música se pudo ver una cuadrilla de conejos saliendo de la chistera de un mago, una infinidad de princesas de todo tipo, piratas, payasos, superhéroes, mosqueteros... Una lista interminable de disfraces, que iban desde Caperucita Roja y el lobo, los tres cerditos o hadas en la categoría de cuentos clásicos, hasta las últimas novedades del ámbito audiovisual.

En esta categoría, el universo de Star Wars y Mandalorian tuvieron sus representantes, pero incluso se coló un creeper de Minecraft, algún que otro Mario Bros y varios protagonistas de Harry Potter. Eso sí, algunos de los más originales eran los personajes que se salían de la norma, como una fallera con todos sus complementos, una excavadora de amarillo reluciente o varias pintoras, algunas en proceso de hacerse un nombre compartiendo escenario con la mismísima Frida Kahlo. Entre todos revoloteaban varios ejemplares de una especie de insectos que sólo se pueden ver en la Ribera, que los científicos han bautizado como Insectus Riberis.

Eso sí, a pesar de que la cita carnavalera tenía forma de concurso, el afán competitivo no se dejó notar y los niños disfrutaron de lo que es convertirse, aunque sea por un día, en un personaje de esos que ven en libros y películas.