La somnolencia o las distracciones estuvieron detrás de nueve de los 19 siniestros mortales ocurridos el pasado año, en los que fallecieron un total de 22 personas en la provincia de Burgos. Fue la peor cifra del último lustro y una de las peores de la última década, según la información facilitada por la Jefatura Provincial. 

El resto de causas que, según las primeras investigaciones, están detrás de los siniestros mortales, son el exceso de velocidad, un mantenimiento antirreglamentario del vehículo y el consumo de alcohol y drogas. Además, hubo que lamentar el fallecimiento de un peatón que irrumpió en la calzada de manera irregular. En cuanto al tipo de siniestro, diez de ellos fueron salidas de la calzada y ocho colisiones, la mayoría frontales. Estos ocurrieron, principalmente, en vías convencionales. 

En cuanto a los vehículos implicados, los turismos y las furgonetas se llevaron la peor parte. En Tráfico preocupa, además, que cinco de las personas que perdieron la vida en las carreteras de la provincia no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento del siniestro. Todos ellos eran los conductores del vehículo accidentado. .