Estrenar casa por 113 euros al mes

S.F.L.
-

Jorge Lafuente y su pareja Erika, natural de Miranda, se afincan en Busto al acceder a una vivienda de alquiler social recién reformada

El bajo coste del alquiler animó a Jorge Lafuente a independizarse sin la necesidad de abandonar su localidad. - Foto: S.F.L.

En Busto de Bureba todos se conocen pero el vecino más joven, un familiar directo de los fabricantes de Quesos Carreras, reconocidos y deseados más allá de las fronteras burebanas, no pasa nunca desapercibido. Como a cualquiera de su edad, Jorge Lafuente, de 29 años, se planteó en un momento dado la posibilidad de abandonar el pueblo y comenzar una nueva vida en otro lugar. Sin embargo, desde que comenzó a trabajar, primero en una empresa distribuidora de bebidas y después en la fábrica, entendió que lo tenía casi todo a mano, a excepción de su compañera, Erika, natural de Miranda de Ebro. Le ha costado convencerla pero reconoce que los 113 euros que pagarán al mes de alquiler por un piso recién rehabilitado ayudó en la negociación. 

La pareja queda inmune del gran dolor de cabeza que padecen muchos de los jóvenes que se independizan producido por los altos precios de arrendamiento y confía en mantener la vida que hasta ahora llevaban pese a que tendrán que hacer frente a facturas que hasta el momento pasaban de largo por sus cuentas corrientes. «Con estas condiciones es más que factible vivir aquí. Estoy muy contento y es de agradecer que las administraciones públicas se involucren en los pueblos y ayuden a la juventud a que nos establezcamos en las zonas rurales», declara el inquilino.

El Ayuntamiento bustano ha podido hacer frente a la inversión de 55.000 euros que requería la rehabilitación integral de la segunda planta de un edificio municipal gracias a una ayuda procedente de la Junta de 52.240, dentro del Programa Rehabitare. Las obras se han enfocado a dotar a la vivienda de las prestaciones exigidas por la normativa actual, como el aislamiento en techos y fachadas y la renovación de las instalaciones de electricidad, fontanería y calefacción, además de todos los acabados interiores de carpintería, pinturas, suelos, alicatados y equipamiento completo de la cocina. Cuenta con unos 48 metros cuadrados útiles, salón-comedor (donde se ha instalado una hidroestufa de pellets que sirve a su vez para la calefacción con radiadores), baño, cocina completamente equipada y dos dormitorios. 

Tras la finalización de las actuaciones, que se alargaron durante seis meses, la directora general de Vivienda, Arquitectura, Ordenación del Territorio y Urbanismo, María Pardo, acompañada por el delegado territorial, Roberto Saiz, el diputado Borja Suárez y el alcalde de Busto, Julio Ruiz-Capillas, visitó ayer la vivienda destinada a alquiler social y manifestó quedar «muy satisfecha con los resultados». 

El hecho de transformar una casa no habitable por su deteriorado estado de conversación en habitable «con un presupuesto relativamente bajo», expone Ruiz-Capillas, ha generado que el regidor haya solicitado de nuevo a la administración regional ayuda para terminar de restaurar el edificio ya que «nos resulta imposible afrontar un coste similar a cuenta del municipio», añade.

Mientras, Jorge y Erika organizan con ilusión su nuevo hogar, aquel que les permitirá continuar disfrutando día a día de las recompensas que ofrece el pueblo en el que pretenden formar una familia.