"Debemos competir con eficiencia y producto, no con sueldos"

G. ARCE
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Francisco J. Riberas, presidente de Gestamp y de la patronal de los proveedores de la automoción, analiza en esta entrevista el momento económico y político actual y advierte de que la guerra debe parar "porque no favorece a nadie"

"Debemos competir con eficiencia y producto, no con sueldos" - Foto: Alberto Rodrigo

Francisco J. Riberas es hoy uno de los empresarios más influyentes y respetados de España. Actualmente preside Sernauto, la Asociación Española de Proveedores de Automoción, la Fundación Consejo España-China, el Consejo Asesor Empresarial España-China y la Fundación Endeavor en España. Además, ha sido presidente del Instituto de Empresa Familiar.
Esta semana ha participado en el  Congreso de Calidad en la Automoción, celebrado en su querido Burgos, la cuna de su familia y el lugar, recuerda orgulloso, donde se gestaron los principios y valores que les inculcó su padre y que guían el día a día de sus industrias allá donde estén operando.     

¿Cómo afronta un presidente de una empresa multinacional, con vocación global, un momento tan complejo como el que estamos viviendo en el mundo?
Afrontamos una etapa un poco rara desde hace un tiempo. Parecía que 2019 iba a ser el final de un ciclo más o menos largo y de no mucho crecimiento y nos llegó la covid. Empezamos a tener muchas situaciones complicadas ligadas a la salud de las personas pero, a la vez, otras cosas han cambiado: hoy ya nadie duda del futuro del coche eléctrico, han aparecido otros patrones de consumo e incluso en Estados Unidos aparece el fenómeno de que la gente decide no trabajar, directamente. Y es que el mundo está buscando su nueva fase y estamos en una situación de stand-by. En el mundo del automóvil se nos empezaron a caer las cosas en el ejercicio 2018-19, cuando los políticos empezaron a atacar al vehículo de combustión y la gente empezó a retrasar sus decisiones de compra. No habíamos hecho nada y nos hicieron esto... El 2020 fue un desastre de producción y el 2021 llegó la falta de semiconductores y ahora esto [en referencia a la guerra en Ucrania]. Estamos en un momento de catarsis, la sociedad va a cambiar y estoy absolutamente convencido de que van a abrirse nuevas oportunidades. Tenemos que estar con los ojos bien abiertos porque va a haber ganadores y perdedores.Es muy importante alinearse con las tendencias que vienen: la industria 4.0, la transformación del empleo, los cambios ambientales, sociales y en el gobierno corporativo. Nuestros clientes nos piden hoy de todo, también que reduzcamos nuestra huella de carbono y nos preguntan cuántas toneladas de CO2 se han emitido en la fabricación del acero. Son cambios muy radicales y estamos empezando, creo que los veremos con perspectiva de los años.

¿Qué supone ahora una guerra en plena Europa? ¿Cómo les afecta?
Es muy difícil tener otra visión personal que no sea la que tenemos todos de este conflicto. De entrada, el mercado automovilístico ruso no es tan relevante a nivel mundial, en términos de producción de vehículos no llega al 2%. Nosotros tenemos actividad allí [cuatro plantas], pero el año pasado supuso un 1,3% de nuestras ventas. Esto no significa que no tengamos problemas, pero son problemas que manejamos allí. Si nuestros clientes allí deciden parar, pues pararemos; y si siguen adelante, seguiremos... Tenemos que cuidar a las personas que tenemos allí y que no tienen nada que ver con decisiones políticas. No sabemos lo que va a ocurrir, pero estamos ante un hecho disruptivo. Queremos que sea un foco aislado y que se solucione de una manera rápida y justa, lo cual, hoy en día es algo que no vemos. No queremos que se convierta en un conflicto más general, y que no entremos en bloques ni se sumen más países. Por otro lado, también tiene que haber una reacción porque, si no, vamos a estar siempre esperando al siguiente golpe. Es un equilibrio muy complicado. Sería muy positivo para todos que sea algo localizado, controlado, que se bajen las aguas y luego se analicen las consecuencias... Que el conflicto no siga creciendo porque no favorece a nadie.

Antes de desatarse la guerra, estaba el problema de la falta de semiconductores (de chips) y el encarecimiento generalizado de los precios de las materias primeras. ¿Ve solución a estos problemas o se van a recrudecer? ¿Qué previsiones manejan?
El tema de los semiconductores es complejo. A nosotros nos afecta indirectamente porque no los compramos, aunque sí lo hacen nuestros clientes. Este año preveíamos una mayor estabilización de la cadena de suministros de semiconductores para poder dar el salto de producción de los 75 millones de vehículos que se fabricaron a nivel mundial el pasado año a los 85 millones. Me pregunto cuántos coches se podrían fabricar sin el problema de los semiconductores, con la demanda retenida que arrastramos y las demoras de meses en la entrega. Seguramente, podríamos volver a los números de 2019. Este año mejoraremos y espero que se solucione el problema en 2023 y que lleguemos entonces a los niveles de fabricación de 2019, que tampoco es nada del otro mundo.

¿Cree posible reindustrializar Europa/España para no ser tan dependientes de China?
La industria es buena para España por razones obvias. No podemos permitirnos el lujo de vivir solo de los servicios, del turismo. Necesitamos un sector ancla como el industrial, con un empleo más estable, más cualificado y, en algunos casos, mejor remunerado. No nos podemos permitir que desaparezca industria. Hemos visto que la globalización puede generar cuellos de botella como pasó con la covid o con los semiconductores. Ahora parece que todo el mundo está pensando en hacer cuentas para localizar industrias, lo que me parece bien. El mundo debe seguir siendo global pero buscando planteamientos más seguros. Ahí veo el papel de las nuevas tecnologías, de la industria 4.0, para ser más competitivos y atenuar algunas ventajas que solo tenían que ver con los costes salariales. España no debe competir por costes salariales bajos sino por producto, por eficiencia y por la industria 4.0. Utilicemos los fondos europeos para ello. Creo que ha faltado estrategia industrial en Europa y es el momento de intentar recuperar algo, lo que no va a ser nada fácil.

(Entrevista completa en la edición en papel de hoy de Diario de Burgos)