En los últimos días se han ido sucediendo las noticias de vehículos -camiones y también coches- que han acabado en llamas en carreteras y zonas de aparcamiento. Aunque son sucesos muy puntuales y excepcionales, la patronal provincial de los talleres, Adeabur, ha advertido de que también aumentan las averías provocadas por las olas de calor extremo, sobre todo, si no hay un mantenimiento preventivo correcto de los vehículos, algo que cada día es más habitual en un parque móvil «muy envejecido». 

Los talleres ponen sobre la mesa ese 20% de turismos que no pasan por las estaciones de Inspección Técnica de Vehículos y que, en muchos casos, superan las dos décadas de antigüedad. «Generan importantes problemas de seguridad vial y también a los propietarios de estos por el coste de las reparaciones», explica Gabriel Martínez, secretario de Adeabur.

Las temperaturas extremas, como las vividas en los últimos días, ponen a prueba cualquier mecánica, exigen al máximo a los sistemas de refrigeración del motor y del habitáculo, a la capacidad de rendimiento de los neumáticos, a las suspensiones, entre otros elementos. «Los sistemas de refrigeración se deben cuidar en invierno para que rindan en verano, lo mismo que el mantenimiento de los neumáticos, motivo de reventones muy peligrosos en carretera».

Pero más riesgo de averías, puntualizan desde Adeabur, no supone más actividad en los talleres multimarca. «Los automóviles generan un mercado rentable de reparación entre los 4 y los 10 años de antigüedad. A partir de los 3 años suelen concluir las garantías de mantenimiento; a los 8-10 años se considera el vehículo viejo y se puede creer más prescindible una puesta en mantenimiento», explica Martínez.

La antigüedad del parque móvil provincial supera los 13 años. En concreto, se contabilizan 66.883 turismos y 11.036 furgonetas sin etiqueta medioambiental, muchos matriculados antes del año 2000.