Las residencias de ancianos, centros de personas con discapacidad y viviendas tuteladas de la provincia concentran el mayor número de víctimas mortales como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Según los últimos datos de la Junta de Castilla y León, 80 internos han fallecido desde el inicio de la crisis con COVID-19 confirmado (39) o con síntomas compatibles de haber padecido esta enfermedad (41). Además, son 55 los residentes que han dado positivo en Burgos y más de 900 los que se encuentran aislados bien porque presentan síntomas de estar infectados con SARS-CoV-2 o bien por prevención.  

En el caso de los confirmados, especifican desde la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, se trata de residentes a los que se les ha practicado la prueba del COVID-19 con resultado positivo, probablemente porque fueron evacuados desde sus centros al hospital, mientras que el resto de casos, pese a tener sintomatología compatible con la enfermedad, no se les practicó prueba alguna antes de su fallecimiento. 

En la provincia de Burgos hay 6.911 personas en estas residencias de la tercera edad, centros de personas con discapacidad o viviendas tuteladas.