Falta más de un mes para que llegue el Black Friday, el llamado Viernes Negro o jornada de descuentos en el comercio importada de Estados Unidos que este año se celebrará el 29 de noviembre. La agrupación de comerciantes de Gamonal Zona G prepara ya una campaña promocional y el pasado lunes envió una circular a sus asociados para conocer su grado de adhesión. En 48 horas se apuntaron 20 establecimientos, lo que lleva a la entidad a prever que se repita o incluso se supere la participación que hubo durante la anterior edición, cuando rondaron los 40.

Al igual que en 2018, la iniciativa consistirá en la colocación de elementos decorativos (torres de globlos) a la entradas de las tiendas que se sumen al evento comercial, además de que se elaborará un mapa virtual con las localizaciones de cada una de ellas. La asociación recomienda que las ofertas solo se centren en esa jornada y no se extiendan durante el fin de semana.

La participación o no en este día de descuentos genera opiniones contrarias en los pequeños empresarios. El gerente de Zona G, Borja García, justifica la realización de la campaña en el hecho de que tiene más tirón entre los comerciantes que otro tipo de actividades. «La adhesión es mayor que en las promociones que se desarrollan con motivo de las rebajas», precisa.

El plazo de inscripción estará abierto hasta el próximo 8 de noviembre para todos los asociados,  que excluyendo al sector de la hostelería ronda el centenar. En este sentido, García asegura que la cita comercial se secunda de forma mayoritaria en el sector del textil, aunque también está creciendo el interés de empresas de servicios.

Y mientras Zona G planifica el Black Friday, la agrupación de comerciantes Centro Burgos mantiene la misma postura al respecto que el año pasado. «Como entidad no vamos a proponer absolutamente nada, si bien cada uno es libre de hacer lo que crea conveniente», subraya su presidente, Raúl Martínez, quien sostiene que la implicación del pequeño comercio en la edición de 2018 fue menor que en otras ocasiones y «no llegaron a sumarse ni una decena de tiendas del casco histórico».

Martínez insiste en los motivos que justifican la decisión de la entidad. Al respecto, cree que el evento es «perjudicial» para el mercando en general porque se está «engañando» al cliente habitual. «¿Por qué se hace un descuento ese día y no la semana anterior. ¿Se vende mercancía de temporada o restos?», se pregunta, al tiempo que considera que debería analizarse en qué consiste dicha jornada, ya que comenzó en el sector de la electrónica y fue extendiéndose después al resto. En cuanto al del equipamiento de la persona, sostiene que «lo que hay que ser es legal y marcar unos precios que resulten razonables».