La disputa será en el tablero

B.A.
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Atapuerca acoge el sábado el I Torneo de Ajedrez Batalla de los Campos de Papasol, que contará con la participación de 54 jugadores de Burgos, Navarra y La Rioja divididos en 2 mesnadas

Una de las características del torneo es que el tablero en el que se disputa es de la isla de Lewis, uno de los pocos con piezas medievales. - Foto: Jesús J. Matí­as

No habrá sangre ni víctimas y tampoco se resolverá con la fuerza de la espada, como sucedió en 1054 durante la Batalla de Atapuerca. En este caso, la contienda se disputará sobre un tablero de ajedrez con el objetivo de concienciar de que el ser humano tiene otros caminos para resolver los conflictos alejados de los enfrentamientos. Con esta premisa parte el I Torneo de Ajedrez de Atapuerca ‘Batalla de los Campos de Papasol’, organizado por la Asociación Cultural de Atapuerca Ásatrú, y que se celebrará este sábado en la localidad.

Ásatrú busca con esta propuesta reconstruir sobre los tableros el hecho histórico que enfrentó al Condado de Castilla con el reino de Pamplona y Nájera. Por ello, el torneo se dividirá en dos equipos (dos mesnadas), de 27 jugadores cada uno, lo que suma un total de 54 participantes, en honor al año en el que se celebró la denominada Batalla de Atapuerca (1054). Por el bando castellano, el de Fernando I, participarán 26 ajedrecistas de la delegación burgalesa de ajedrez y Marian Brahnea, de Quintanapalla y primer inscrito en el torneo; y por parte del otro, el del rey García III, lo harán miembros de las federaciones de Ajedrez de Navarra y La Rioja y de la Escuela Gonzalo Ibáñez de Nájera.

Más allá de la recreación histórica, este torneo pretende estimular la práctica de este juego medieval, que desarrolla, entre otros aspectos, el razonamiento lógico, la creatividad, la socialización, el espíritu de competitividad y la unidad entre los ajedrecistas, como señala Koldo Andikoetxea, director de este torneo, que asegura que también servirá para «potenciar las relaciones entre comunidades diferentes como Navarra, La Rioja y Castilla y León y también para conocer el patrimonio cultural de nuestros antepasados», explica.

Detalle de la reina, elaborada en marfil. Detalle de la reina, elaborada en marfil. - Foto: Jesús J. Matías

Por la princesa Kristina. El torneo se inaugurará a las 10 de la mañana en el Salón de Eventos del Ayuntamiento de Atapuerca, se disputará durante todo el día y culminará con la final del mejor ajedrecista de cada mesnada. Una última partida que estará marcada por la peculiaridad de disputarse con un tablero de la isla de Lewis, uno de los pocos ejemplos de piezas de ajedrez medievales que han perdurado hasta nuestros días y que se encontró, de forma fortuita, en 1831 en esta isla, al noreste de Escocia. «El ajedrez de la final es una reproducción a tamaño real del de la isla de Lewis, cuyos trebejos (piezas) se tallaron en marfil en época de Haakon III de Noruega, abuelo de la princesa Kristina de Noruega e infanta de Castilla, cuyos restos reposan en Covarrubias. Como homenaje, y también como promoción para dar a conocer su figura, disputaremos también esa final», señala Koldo Andikoetxea, miembro fundador de Ásatrú y un apasionado de la Edad Media.

Desde la Asociación Cultural de Atapuerca quieren agradecer la ayuda que han recibido del Ayuntamiento     de la localidad, en especial de la concejala Raquel Contreras; del Ayuntamiento de Quintanapalla y de su alcalde, Javier Lozano; y de la Asociación Cultural San Esteban. «Además, desde un principio, me ha animado a seguir con el proyecto el presidente de la delegación burgalesa de Ajedrez, Daniel Ausín, que va a ser uno de los colaboradores más valiosos en el desarrollo del torneo», explica Andikoetxea, que añade que el director de la Escuela de Ajedrez Gonzalo Ibáñez de Nájera, Alfredo Aranbarri, se apasionó con la idea desde que le solicitaron su colaboración, igual que el presidente de la Federación Navarra de Ajedrez, Joaquín Pérez - Seoane Garrido y la Federación Riojana de Ajedrez, que han aceptado representar las huestes del Rey García III, el de Nájera.

Este Torneo de Ajedrez de Atapuerca se organiza sin aliciente económico. «Solo queremos potenciar valores más íntegros donde los ajedrecistas se sientan auténticos caballeros medievales», comenta el director del torneo, cuya intención es que esta edición sea la primera de otras sucesivas que les permitan unir las diferentes culturas europeas. «El objetivo de base es potenciar el desarrollo rural en la comarca a través de la sensibilización por el legado cultural», añade.